OPINIÓN: “Lo que nos trae mayo” – ‘La trastienda’
Llegó mayo, y
con el mismo se hace la luz más presente aún en esta ciudad donde el sol, por
las horas en las que se va, no dice “hasta mañana”, sino “hasta
luego”.
Este mes, que ha venido con muchas
novedades, le ha dado vidilla al ansia cotilla del cofrade que, como dije en
una colaboración anterior gusta de su propio Sálvame –edición
morada, como no podía ser menos-. Pero entiéndanme, digo cotilla como
sinónimo de curioso. Se ve que esa luz de la que hablaba, también alumbra al
citado noticiero cárdeno.
Es la misma claridad que se ha atisbado en el horizonte
los hermanos de la Cofradía del Huerto, cuando han visto cómo se ha dado un
pasito más en la tortuosa vía de la amargura de los protocolos, y ya sueñan con
el fulgor dorado de la Medalla de la Ciudad en el pecho de la Muy Pastoreña
Virgen de Gracia y Esperanza Coronada. Esto dará más adelante -dentro de no
tanto- para que salten voces de alarma sobre porqué hay que concederle nada a
una talla, que además representa a la religión católica, que además no ha hecho nada por el pueblo (no
entraré a dirimir, porque este artículo no va sobre ello, pero sobre el último
punto, a estos que dudan sobre qué habrá hecho la Santísima Virgen sobre el
pueblo… Habría que preguntar a esa parte del pueblo que sí se ha sentido
protegido por Ella. Pero eso pertenece a la intimidad de cada uno y, al
parecer, no es válido según para qué).
Desde luego, la Gracia ha iluminado a este Consejo de
Hermandades y a nuestro arcipreste, y la Esperanza reverdece la grisácea
tonalidad con la que el Corpus se había teñido en los últimos años. La Iglesia
de La Isla pretende que vuelva a ser uno de aquellos tres días del candelario donde
más lucía que el astro rey, aunque no sea en jueves. Puede que en esta tierra
no esté todo perdido más allá de la Semana Santa.
Leo, en este medio, cómo Monseñor Amigo Vallejo regresa a
esta ciudad, donde nació otro arzobispo para Sevilla, tan mediático y querido
como él: nuestro Cardenal Spínola.
Se ha preparado
un programa de actividades que pretende otorgar la importancia que requiere
esta magna festividad. Y, por si no quedaba claro que aquí se echa de menos las
calles llenas de romero y decoradas de su sal en efímeros tapices
conmemorativos, el día que las tres únicas ciudades que mantienen la tradición
y guarda de ese jueves de Corpus lo celebrarán abiertamente, en la Iglesia
Mayor habrá también pública exposición maratoniana del Santísimo.
¡Con un par…!
De consejos bien traídos por el padre Alfonso Estudillo. Que, seguro, serán
corroborados cuando el Obispo de Cádiz dé la bendición esa misma noche al
concluir con su presencia esa feliz iniciativa.
La procesión de San José: ¡Un
éxito!
El otrora olvidado en un altar, para más inri, patrón
isleño, recupera su papel y hace bueno el recuerdo del cuadro votivo donde el
santo, el pueblo y el ayuntamiento aparecen representados, tal y como acaeció
el pasado día uno.
Solo unos pocos días de este
mes de las flores, donde María ha dejado el luto por el color vivo de la
Pascua, y ya se propicia un buen sabor de boca a no pocos.
Mayo, que en estas
lindes huele a nardos, esos que para el poeta García Camoyano se hicieron capa
para cubrir a la Señora de La Isla. En el día donde San Fernando se despierta a campanada
limpia de Rosario de la Aurora carmelitano,
en la iglesia del barrio de las Callejuelas no cabe otro olor que no sea
el que se desprende del paso de la Madre de Dios.
No sé si a la Carmela -me
permito llamarla así. Cosas nuestras…- le importará quién la lleve a mecíos
-oleaje de mar en calma- este año en la ida y vuelta del citado rosario,
así como en la procesión de alabanzas junto a SDM del próximo siete de junio,
porque para Ella todos son sus hijos, sin importar siglas, ni nombres; pero
está claro que sí le ha importado a la Junta de Gobierno de su Hermandad.
Aunque, la verdad, antes de cambiar la cuadrilla de cargadores (la de los Jóvenes
Cargadores Cofrades) que, hasta hoy, han demostrado ser orgullosos
portadores y hermanos como entidad, debieran empezar la limpieza por
otro sitio. Pero bueno, esa es mi opinión.
Insisto en esa luz a la que ya me he
referido. Esta es signo de renovación, de salida. Así parece que ha sucedido
con las noticias que este mayo nos ha traído, según lo expuesto. Y como si de
una de aquellas mariposas que se encendían en las casas de nuestros
mayores, desde el barrio de La Ardila me llega la titubeante noticia de
posibles cambios en la hermandad de Humildad y Paciencia -otra de esas
entidades, como la nombrada del Carmen, a la que pertenecí para colaborar desde
sus adentros en años de mi adolescencia-, donde mi compañero en estas cuadrículas
de opinión en IslaPasión, pregonero de la Semana Santa de 2015,
periodista y sangre joven, Antonio J. Campos, osa presentarse como candidato
a hermano mayor de la cofradía de sus amores. Renovarse o morir, hermanos.
Renovarse o morir…
Mayo es la antesala del punto y
aparte en el mundo cofrade, que llegará en cuanto el verano se ponga bravo y
nos invite a ocuparnos más de nuestro bienestar psíquico, sobre todo. Pero aún
no es el momento de eso, aún no.