Opinión - La trastienda

OPINIÓN: ¡A las borricadas! – ‘La trastienda’

A veces -demasiadas- política
y religión van de la mano, tanto que hasta se resbalan de lo que pueden llegar
a sudar.

Hace poco se me atragantó una
lectura, en mi búsqueda de alimento como hambriento necesitado de noticias, que
convirtió el dulce desayuno en un agrio ágape: las hermandades tienen los
días contados
sería un buen titular

Su tirana hegemonía
como asociaciones capaces de desbordar cualquier previsión, dando aire a
hosteleros y sustento a comerciantes en general, se acaba.

Los cofrades (los católicos)
estamos en el punto de mira del nuevo orbe político que entró en escena con
mucho poder mediático tras las pasadas elecciones europeas. En realidad
ya lo estábamos desde hace bastante.

Los ideólogos de Podemos,
con sus grupos colaboradores satélites a través de las redes sociales,
están empecinados en acabar de plano con todo aquello que suene a fe
cristiana.

Navega un tuit por el océano
cibernético que afirma que cuando lleguen al poder existirá una auténtica España
laica
. Abogan por la supresión de la Semana Santa por
-atención- anticonstitucional y la consideran inconcebible.
Un estado tal no puede permitirlo. Sus tierras -las de las
iglesias (sic)- regresarán al pueblo obrero.

Estas lindezas las propaga a
los vientos del levante y poniente internauta un colectivo activista
afin al citado grupo político: lo que vendrían a ser los voceros radicales.

Los que han nacido como grupo
para cambiar el país no hacen más que recordar aquellas dos Españas
que Machado lamentaba. Y, en esta ocasión, hilan con poco pulso sobre
aquello que pertenece a la propia nación, se quiera o no, por historia
(esa que hace que cada lugar sea lo que hoy es), por tradición (la
nacida por los usos populares) y por respeto a algo tan personal como es la creencia
(la sobrevenida de manera generacional y que hoy nadie te impone si no estás
dispuesto a contemplarla).

Lamentable es que se juegue
con la demagogia a defender unas libertades menoscabando el derecho de unos por
una simpleza.

¡Sí! ¡Simpleza! Porque estos
argumentos son tan pobres como tristes, tan vacíos de contenido como de
cultura, tan pueriles como incoherentes, tan inconscientes como ciegos.
Perdidos en el atavismo ideológico antirreligioso sobre lo cristiano. Sin
embargo  hablan de igualdad, de
justicia… Pero no todos entran en el paquete, eso está claro.

Cofrades, devotos, creyentes
todos. Sabed que la religiosidad popular, la nacida del pueblo (otra vez sale
la palabra) -esa casta obrera que somos mayoría y por quienes
dicen hablar desde no pocos partidos- está entre los objetivos a someter de
quienes pretenden gobernar con mano siniestra.

¿Harán lo mismo con el resto
de religiones y filosofías? ¿Impondrán la ley marcial laica? ¿Saben qué
significa laica? ¿Habrán considerado el artículo 16 de la Constitución
española
?

Quede claro algo. No hago
apología política
. Expongo como cofrade una opinión personal acerca
de un planteamiento que me afecta.

Una vez aclarada mi intención
cada uno opine como quiera, que la libertad de credo e ideas está patente en
nuestro sistema -nos guste éste o no- y es preciso respetarlo.

Pues eso… ¡A las
borricadas!