La Virgen del Carmen llegó a La Salle para anticipar su histórica participación en la Magna Mariana
Tras el rosario de antorchas con los Simpecados y estandartes marianos isleños se iniciaba una tarde noche de previa de la Magna Mariana a modo de procesión y lo hacía con la Santísima Virgen del Carmen que tras dejar en su camarín entronizado el Bendito Simpecado de la filial rociera comenzaba su traslado hasta la Capilla de la Virgen de la Estrella en el Colegio de La Salle.
Un traslado que contó con el acompañamiento musical de la Banda de Música de Agripino Lozano y que se desarrolló por las calles que la Santísima Virgen recorre cada 16 de julio en su regreso al Carmen, pero en este caso en forma inversa. Tras el paso por Real se bajó la calle Carmen y se buscó la llegada a la Parroquia de San Marcos Evangelista y desde allí seguir por San Bruno realizando el recorrido natural por Real que debido al Trambahía no se puede realizar.
Pero no solo el Trambahía fue dificultad en este traslado de la Virgen a La Salle. Estaba previsto que tras el paso por la calle San Bruno se girara por Lezo para buscar la Plaza Rodríguez Arias. Debido a unos coches aparcados en la calle San Bruno, en su último tramo, se tuvo que modificar el recorrido de regreso subiendo por Tirso de Molina hacia Mayorazga y aquí si enganchar con la Plaza Rodríguez Arias y continuar hasta La Salle. Una nueva falta de planificación, en este caso en la previa de la Magna Mariana, por parte del Ayuntamiento de San Fernando encabezado por Patricia Cavada.
Los momentos más emotivos llegaron con la llegada a la Capilla de la Virgen de la Estrella. Sonaron las marchas dedicadas a la cofradía del Domingo de Ramos, tanto ‘Cristo Rey’ como ‘Estrella lasaliana’ en un momento para recordar en el que en el interior de la capilla la Virgen de la Estrella esperaba en su paso de palio con toda la candelería encendida.
Con la Salve marinera el paso, comandado por José González García, se adentraba en la capilla lasaliana y ponía punto y final a las vísperas de la Magna cuando el reloj ya se adentraba en la jornada del 30 de septiembre.