La Divina Pastora reluce en un 15 de agosto de mucho público, nuevo itinerario y ambiente cofradiero
La Divina Pastora volvió a recorrer las calles de su barrio en un 15 de agosto que fue cuajada tarde-noche de cofradías en la calle. En lo meteorológico, noche apacible, en lo cofradiero muchas ganas de ver a la hermandad en la calle y todo lo que esta procesión va amasando año a año en su puesta en escena en las calles. El resultado no puede ser otro.
Minutos antes de las siete y media de la tarde -hora fijada para la salida- en el interior del templo pastoreño ya se podía ver el paso totalmente iluminado con los candelabros de guardabrisas encendidos. Los costaleros, las representaciones y un amplio número de hermanos esperaban a que nuevamente los portones verdes que dan a la plaza se abrieran para comenzar un año más esta procesión letífica.
En el interior del templo la primera levantá tuvo una doble dedicatoria, a Julio Luque Virués y Javier Nieto Tocino, fallecidos en el último año. Ya en la salida se agolpaba un buen número de cofrades que no bajaron en número durante todo el recorrido. La hermandad estrenaba itinerario recortando el paso por la zona más céntrica de la ciudad -calle Rosario o Murillo- para subir Colón y continuar en el recorrido ya planteado el pasado año con el paso por Santa Cruz y Santo Domingo de regreso.
Este nuevo itinerario llevó a la Divina Pastora a lugares como Churruca o Ancha con la luz natural aún, algo que se agradeció pero que era muy extraño hasta para los más mayores que no recordaban el paso por estas calles aún con los últimos rayos de sol de la tarde.
En cuanto al ambiente, como siempre, mucho público que se mejoró en estas zonas de Churruca y Ancha por el adelanto horario al llegar a estos momentos que en años anteriores coincidía con horario de cena y se mermaba un poco el público. Los lugares más especiales siguen manteniéndose como es el paso por el callejón San Miguel y las petaladas se suceden en este punto así como en las últimas calles del barrio.
El acompañamiento musical corrió a cargo, un año más, por la Banda de Música Municipal ‘Enrique Montero’ de Chiclana con una notable mejoría con respecto al pasado año, tanto en interpretacion -contadas las chicotás a tambor- como en repertorio, eliminando algunas marchas procesionales que ya, hace un año, indicábamos que no se ajustaban a la lógica de esta hermandad en la calle. Sonó, por vez primera, la marcha de estreno ‘Pastora de nuestras almas’ de Jorge Marcial Ortiz, componente de la banda chiclanera.
La cuadrilla de hermanos costaleros volvió a portar el paso, a las órdenes de Antonio Reseco Colón, en una jornada en la que la ausencia de altas temperaturas facilitó el trabajo bajo las trabajaderas.
En el recorrido de regreso no faltaron las petaladas, cantos también a la Virgen -en solitario y a coro- antes de llegar a una Plaza de la Pastora en la que minutos antes de la una de la madrugada el cortejo entraba para poner fin a un 15 de agosto soñado.