El Corpus mantiene su formato en una jornada muy carmelitana
La Solemnidad del Corpus volvió a ser en San Fernando una jornada importante, pese a todo. Y es que aún con el trabajo de la Comisión Pro Corpus esta Solemnidad sigue repitiendo errores y éxitos un año más, con leves modificaciones.
A las seis de la tarde comenzaba la Solemne Función que tendría posteriormente su contiuidad en la procesión eucarística por las calles. La celebración eucarística estuvo presidida por el Arcipreste de San Fernando y presidente de la Comisión Pro Corpus, el Rvdo. P. Gonzalo Núñez del Castillo. En su homilía el sacerdote castrense obvió en los saludos protocolarios a las hermandades y cofradías, las que ocupan el ochenta por ciento de los bancos de la Iglesia Mayor y son en ese mismo porcentaje las que conforman la posterior procesión eucarística. Obvió también los tratamientos al Almirante de la Flota -máxima representación militar ayer- en una celebración eucarística en la que el primer templo de la ciudad volvió a llenar todos sus bancos.
Antes de finalizar la eucaristía comenzó a discurrir por el habitual itinerario la procesión del Corpus. La misma que abrían los niños y niñas de Primera Comunión y a los que seguían las hermandades de Gloria de nuestra ciudad finalizando esta primera parte del cortejo por el paso del Patrón San José. El primero de los pasos de este cortejo en el que destacaba el exorno floral del mismo así como un estreno en forma de talla en el paso procesional. Tras el primero de los pasos llegaría la parte del cortejo conformada por hermandades penitenciales no sacramentales que finaliza con el paso de la Patrona, la Santísima Virgen del Carmen.
La Patrona en este éxodo por 16 días de su casa recibió el aplauso de los fieles en varias ocasiones en un recorrido en el que mejoró notablemente el número de altares y alfombras, quizás uno de los grandes puntos positivos del Corpus de este año. Tras la Patrona el penúltimo de los tramos del cortejo con las hermandades sacramentales y distintas representaciones civiles -en las que se añadió a las Salineras del Carmen y la Sal, algo que chirriaba demasiado en esta parte del cortejo- que llegaban hasta la Custodia escoltada por un piquete de la Infantería de Marina. Los sones de la Unidad de Música del Tercio Sur de la Infantería de Marina acompañaron al Santísimo en su recorrido por La Isla, al igual que lo hiciera la Agrupación Musical Lágrimas de Dolores abriendo carrera o la Coral Logar de la Puente precediendo a la Custodia. Quien no acompañó, y es ya una tradición, es una buena parte del clero local que pasa directamente del Corpus.
Una compañía militar -también la baja de la presencia de esta institución con respecto a años mejores- finalizaba un cortejo que discurrió durante algo más de lo previsto por unas calles en las que el público volvió a responder favorablemente. Otra nota negativa ocurrió con el momento de la llegada de la Custodia -y posterior bendición- a la Iglesia Mayor ya que un altercado entre dos cargadores de la cuadrilla que porta San José en las cercanías de un bar próximo al primer templo de la ciudad provocó ciertos momentos de crispación, además de la falta de respeto que conlleva al momento final de esta procesión eucarística.
Sin duda un Corpus más en el que se repiten los aciertos y errores de años anteriores. Un Corpus de los cofrades y por los cofrades ya que sin ellos esta celebración de la Iglesia local -de toda- no sería posible. Un Corpus en el que la Patrona volvió a concentrar la mayor parte de los aplausos y en una jornada eminentemente carmelitana que seguiría con el traslado de la Santísima Virgen a la Pastora iniciando el peregrinar por las parroquias isleñas con motivo de su 325 aniversario fundacional.