Orden Seglar de los Siervos de María

Servitas celebró la festividad de San Peregrino Laziosi con una eucaristía

En la tarde de ayer los cofrades de Servitas participaron en la misa parroquial de las siete de la tarde en la Iglesia Mayor que fue ofrecida en honor a San Peregrino Laziosi, santo Servita que es reconocido como patrón de los enfermos de cáncer, protector de las enfermedades cancerosas y patrón de los jóvenes Servitas.

San Peregrino Laziosi, de una rebelión popular a Santo servita

Nació en el año 1260 en una familia acomodada. Pasó una juventud mundana, y participó activamente en la política de su país. Tuvo al comienzo una fuerte postura anticatólica. Sin embargo, durante una rebelión popular, él golpeó al embajador papal de paz, el Santo Felipe Benizio. El santo con calma giró la otra mejilla, rezó por la juventud, y Peregino se convirtió.

Cuenta la tradición que él recibió una visión de Nuestra Señora en la que le dijo ir a Siena, Italia, y allí unirse a la Orden de los Frailes Servitas. Después de una empeñosa educación teológica y su ordenación, la orden lo asignó a cumplir labores a su ciudad natal. Él sirvió y trabajó ahí tanto como le fue posible, en el silencio completo, en la soledad, y con el asombroso ofrecimiento penitente de no sentarse durante 30 años.

Lo conocían como un ferviente predicador, un orador excelente, y como confesor era conocido como el más apacible y comprensivo. Fue fundador de una casa de la orden de los servitas en Forli, Italia.

Ahí se descubrió que padecía de cáncer. Un cáncer que se extendía en todo su pie. Peregrino fue programado para una amputación. La noche antes de la operación, él se la pasó en oración; aquella noche recibió una visión de Cristo que lo curó con un toque. La mañana siguiente, Peregrino fue encontrado completamente curado. Murió en la cosa de los servitas en Forli en el año 1345.