Consejo de Hermandades y Cofradías

“Las hermandades de Gloria no somos entidades de segunda o de tercera división”



Las hermandades de Gloria de San Fernando tuvieron en la noche de ayer con la presentación del cartel y el Pregón que anuncia el tiempo de estas corporaciones el pistoletazo de salida a casi medio año de celebraciones que culminarán con la salida de la Virgen del Carmen el 12 de octubre.

El acto tuvo lugar en la capilla del colegio de las Carmelitas y dio comienzo con las palabras de Pilar Olmo, miembro del Consejo de Hermandades y Cofradías, que dio lectura al acta por la que se nombraba cartelista de las Glorias a José Luis Cardoso Macías.

El propio Cardoso Macías junto al párroco de San Francisco, el Rvdo. P. Gonzalo Núñez del Castillo, descubrieron el cartel que ilustra una fotografía de la salida procesional de la Hermandad de Santa Elena del pasado año.

Tras descubrir el cartel el acto continuó con la presentación del pregonero de las Glorias que realizó Rafael Rueda Cebada, Hermano Mayor de San José y hermano del pregonero, Juan Manuel Rueda Cebada. Un repaso por la vida cofrade y profesional del pregonero sirvió para cederle el atril al que durante una década ha llevado los designios de la Hermandad y Esclavitud josefina de San Fernando.

Juan Manuel Rueda comenzó su disertación dedicando su Pregón, en verso, a Rosario Valero Bruzón. Tras la dedicatoria el pregonero quiso, amparándose en la frase de Santa Teresa “nada te turbe, nada te espante” hacer, también en verso, unas palabras dedicadas al Patrón de la ciudad.

Una vez aquí el pregonero tuvo a bien analizar cada una de las hermandades de Gloria de la ciudad así como también quiso nombrar a las asociaciones parroquiales de la Reina de los Ángeles y de la Auxiliadora de San Marcos.

La primera de las hermandades letíficas en versar fue la de Santa Elena de la que el pregonero dijo “Patrona de la Arqueología y de la Conversión, cuan necesitados de tu ejemplo y tus virtudes están esos fanáticos que a golpes de una supuesta Fe están masacrando diariamente vidas inocentes y cualquier testimonio de civilización, civilización, todo lo contrario a lo que ellos representan para el Mundo”.

Tras Santa Elena, Rueda Cebada se fue a las arenas rocieras de la mano de la frase de San Juan Pablo II “Que todo el mundo sea rociero” para adentrarse en una romería de la que dijo “os reconozco que nunca he podido vivir de cerca la Romería de Pentecostés, aunque sí sus últimas procesiones extraordinarias que en verdad lo han sido y en todos los sentidos”. 

Y del Rocío a la Pastora, a la “vecina más antigua del barrio” como la llamó el pregonero. De la Pastora quiso hablar Rueda Cebada del sentimiento pastoreño del que dijo “Sabes Pastora, que coronarte de verdadero amor no es aparecer un 15 de agosto llamando tu atención y mirándonos a nosotros mismos, sino parecer no estar a los ojos de los que te rodean… Y sabes Pastora, que nuestra devoción debemos cincelarla a golpes de fe y no a golpes de pecho que rápidamente se desinflen y que no vuelven a sentirte… Ni a verte siquiera…”. 

También quiso el pregonero afirmar que “todos somos pasajera existencia, obligada en el último aliento a soltar todo lastre de bienes y propiedades” en una clara referencia a circunstancias ya pasadas en la corporación agosteña.

Y de la Pastora a la Patrona, a “La Isla del Carmen” como quiso titular la parte del Pregón dedicada a la Virgen que procesiona cada 12 de octubre. De la vinculación de la Patrona con la ciudad afirmó el pregonero “esta tierra y su gente, la gente de la Isla, siempre ha estado y estará, pese a que no pocas veces nos empeñemos en lo contrario, teñida del añil de tus ojos”. Remató en versos, acordándose de la historia de esta hermandad, la parte dedicada a la Patrona.

Y tras la Virgen del Carmen el momento de hablar de San José, aunque el Patrón estuvo presente en casi la totalidad de los pasajes anteriores, pero en este momento el pregonero quiso dedicarlo en exclusiva al Patriarca Bendito.

En el rostro de San José se fijó el pregonero, en su encargo a su escultor, y en este mismo rostro desgranó Rueda Cebada la constancia, ilusión, templanza, experiencia, esperanza, la vida, el amor y la sincera amistad.

Remató la parte dedicada a San José, también en verso, afirmando que ya la ciudad y el propio pregonero no se imaginan a San José “Sin ser, Patrón de San Fernando”. 

Cuando terminó esta parte dedicada al Patrón de la ciudad el tono de voz del pregonero cambió radicalmente. Pasó de la cadencia pregonera a una voz que más se acerca quizás a la de un profesor que en un aula reprende a sus alumnos. Eso sí, con mano izquierda.

Fue entonces cuando el pregón trajo el verdadero mensaje, la reflexión del pregonero en esencia. De aquí se pudieron sacar las verdaderas intenciones de quien este año anunciaba el tiempo de Glorias. El pregonero quiso dejar clara la importancia “del respeto al prójimo” como forma de relación entre “una cofradía, una corporación sacramental o bien de gloria”. 

También argumentó el pregonero en esta última parte de la exaltación que “Porque si ya hay que ser valiente de verdad (…) para asumir una responsabilidad en una Hermandad, con todo el respeto hacia una parte de vosotros, no digamos si tiene mérito en estos días enrolarse en una corporación gloriosa” a lo que añadió “pocas veces desde una columna literaria (…) se conoce o se ayuda a conocer a nuestras Hermandades y Cofradías y, aún menos, a las Hermandades de Gloria” en clara alusión a algunos textos públicos y publicados.

Para estos problemas en las corporaciones gloriosas el pregonero afirmó que la solución era “el ejemplo para atraer la atención de los demás hacia nuestras hermandades” y afirmó que “Las hermandades de Gloria no somos entidades de segunda, o de tercera división. Señores, esto no es una liga de fútbol”.

Tras la reflexión el Pregón concluyó con versos que el pregonero remató declamando: 

Porque es la vida misma
En este rincón cargado
De sabiduría no escrita
En sus patios encalados
De atardeceres eternos
Y balcones asomados
Al azul de nuestro cielo
Que a veces casi tocamos
Porque la Isla es reflejo
De lo que siempre esperamos
¡Que es vivir la misma Gloria
A qué estamos esperando!
Tras esta disertación el Consejo local de Hermandades y Cofradías entregó un recuerdo al pregonero con lo que se llegó al final de este acto que abre un año más el tiempo de las Glorias en San Fernando. (ISLAPASIÓN).