Jesús Nazareno: Uno más entre los isleños tras ocho meses de restauración
Nunca se fue, pero hoy ha vuelto. Las paradojas de la fe. Jesús Nazareno se ha respuesto hoy al culto tras ocho meses en un proceso de restauración que le ha devuelto la impronta que conocieron décadas atrás los más antiguos de este cahíz de tierra.
Volvió Jesús Nazareno y lo hizo en un acto en el que la liturgia fue marcando momento tras momento su llegada, su regreso, su vuelta al culto, su magnificencia entre los isleños de los que es Regidor Perpetuo, pero entre los que es uno más desde hace más de dos siglos. Y hoy se demostró -de nuevo- quien es quien rige sobre esta ciudad, con la mayoría absolutísima, por unanimidad, de la devoción profesada.
Hoy Jesús Nazareno ha regresado para hacerse uno entre los isleños, junto a los que ha caminado en traslado para situarse de nuevo en su altar de cultos, justo para conmemorar mañana la festividad del Dulce Nombre de Jesús. Jesús Nazareno, la dulzura hiriente de Cristo en La Isla.
Pero antes de eso, a las cinco y cuarto de la tarde se abrieron las puertas del primer templo de la ciudad. Colas en la puerta auguraban que, como fue, en pocos minutos los bancos estuvieran totalmente repletos y buena parte de los pasillos laterales. La expectación era máxima. Pero a diferencia del refranero popular, sería una tarde nada decepcionante.
Y es que el acto, que estuvo amenizado por el Ensemble Jubilate Deo y guiado en la liturgia por el vicario parroquial de la Iglesia Mayor el Rvdo. P. Daniel Robledo Pérez, comenzó con las palabras del Hermano Mayor, José Fernández Mora, quien retomó su devoción familiar a Jesús Nazareno para acercar a los asistentes a la conexión con la imagen, y también agradecer al restaurador -Pedro Manzano Beltrán, que estaba presente- su trabajo.
Llegaba entonces el momento más esperado. Jesús Nazareno fue descubierto de la tela que lo tapaba para mostrarse tras su restauración. Los mismos hermanos -salvo Niña Pastori- devolvieron a la luz y las muchas miradas la estampa del Nazareno. Un Regidor Perpetuo en el que a simple vista -quizás el propio Pedro Manzano tendrá que abordar en profundidad sobre el tema- se muestra con una limpieza importante en la policromía e incluso la reintegración de alguna parte perdida con el desgaste propio del culto. Aunque esencialmente el mayor de los avances ha venido en los elementos estructurales que suponen una seguridad a la hora de poder entronizar a Jesús Nazareno en su paso para la salida procesional de cada madrugada de Viernes Santo.
Tras esto se encendieron los blandones que lo custodiaban, como símbolo de su vuelta al culto. Y tras ello la lectura de la Palabra que vino con unas muy acertadas palabras del director espiritual a llevarnos al sentido más cristiano de la presencia de Jesús Nazareno de nuevo entre los isleños.
La última parte del acto, quizás la más cercana a los fieles, fue la que lo llevó hasta su altar de diario. Con unos asideros sobre su peana cuatro hermanos cargadores portaron al Señor de La Isla de regreso al lugar en el que se le venera durante todo el año. Jesús Nazareno a la altura de sus fieles de regreso mientras se entonaba la marcha ‘Jesús Nazareno’, el himno de la hermandad.
Una vez ya sobre la peana en la que mañana se mostrará en veneración -que no Besamanos- cientos de fieles pasaron para contemplarlo de cerca. De nuevo Jesús Nazareno entre los isleños, uno más, el primero.