El frío de la noche no puede con el calor de toda una ciudad rendida a Jesús Nazareno
A las dos de la mañana. A las dos en punto de la madrugada de un nuevo Viernes Santo se abrían las puertas de la Iglesia Mayor para dejar pasar al cortejo que acompaña fielmente a Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores.
La mágica noche y todo lo que envuelve a esta salida estaba preparado. En el interior del primer templo de la ciudad el paso se levantó tras la llamada del alcalde de la ciudad que por la unión de esta cofradía con el Ayuntamiento por el nombramiento de Jesús Nazareno como Regidor Perpetuo de La Isla.
Jesús Nazareno aparecía por el dintel de la Iglesia Mayor y el murmullo crecía en la plaza de la Iglesia donde no cabía un alma. Con las primeras notas de los músicos de Virgen de las Lágrimas los aplausos y vítores fueron en aumento en un público ávido de contemplar a la devoción más exteriorizada de nuestra ciudad.
Desde aquí hasta la Carrera Oficial fueron varias las composiciones que se interpretaron tras los pasos de una cuadrilla -de hermanos cargadores- que ha sabido mejorar los bruscos movimientos del pasado y convertirlos en una carga mucho más estilizada.
Tras la salida de Jesús Nazareno llegó el momento de ver por las calles de la ciudad a la Virgen de los Dolores. Preciosa talla que en muchas ocasiones no se disfruta por completo por la desbordante devoción al Titular cristífero de la cofradía.
Acompañada por las marchas de la Banda de Música de la propia Hermandad del Nazareno este paso de palio fue mandado por último año por uno de sus capataces que más años ha estado al frente, José Llerena Baizán.
El recorrido por Carrera Oficial y el paso por las siguientes calles de su recorrido estuvo marcado por la bajada de la fuerza de las rachas de viento que hizo que desde este momento la candelería del paso de palio pudiera lucir completamente encendida.
El paso por Capuchinas y Ancha como siempre acompañado por mucho público que pasó del frío de las primeras horas de la madrugada al calor de la mañana y del público que contempló la última parte del recorrido que a partir de las curvas de Capitanía congrega a un gran número de cofrades junto a los dos pasos.
Antes de entrar en Real el paso de Jesús Nazareno se volvió a los músicos de Virgen de las Lágrimas como reconocimiento a los 25 años de esta formación musical que lleva 21 poniendo su música tras el Regidor de La Isla.
Desde aquí toda un espectáculo de subida de calle Real entre marchas y saetas -que no faltaron en ningún momento de toda la noche, quizás siendo excesivas por parte de algunos saeteros que repitieron en muchas ocasiones-.
Jesús Nazareno llegó a la Plaza de la Iglesia algunos minutos más tarde del horario previsto y esperó la llegada del paso de palio de la Virgen de los Dolores. Una vez ambos pasos se situaron delante del primer templo de la ciudad realizaron el tradicional encuentro al que siguió la recogida del palio de la Virgen de los Dolores con un emocionado Pepín Llerena en su última maniobra como capataz de este paso.
Ya solo quedaba en la calle Jesús Nazareno, y eran aproximadamente las once de la mañana, cuando con la marcha «Islapasión» con la que el Regidor ya enfiló la entrada en el templo. Las últimas marchas pusieron al paso del Regidor Perpetuo dentro de la Iglesia Mayor ante los aplausos de una gran cantidad de público que abarrotaba este enclave del centro de la ciudad.
El frío de la madrugada se volvió calor ante Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores en una madrugada de Viernes Santo que brilló como la noche más especial de las que completan la Semana Santa de La Isla. (ISLAPASIÓN).