Semana Santa en España

El Cristo del Amor de Málaga fue trasladado a la Catedral para conmemorar el centenario de la cofradía victoriana

Según apuntan algunos autores, el malagueño Fernando Ortiz, uno de los más sobresalientes escultores del Barroco en España, activo desde la primera mitad del siglo XVIII hasta 1771, regaló el hoy Cristo del Amor y la Dolorosa que le acompaña a sus pies a la Congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas, donde ejercieron el ministerio sus tres hijas. En ese tiempo, el convento agustino se hallaba en la céntrica calle Santa María. Luego, en 1862, pasó a El Perchel, y en 1871 se trasladó al barrio de la Victoria, muy cerca del templo de la Patrona. Allí, 52 años después de su llegada, el 30 de mayo de 1923, echó a andar de forma oficial la denominada Cofradía del Santísimo Cristo del Amor, que, en 1935, incorporó al título la advocación de Nuestra Señora de la Caridad. Por tanto, la corporación cumplió el pasado año su primer centenario, efeméride que viene conmemorando desde entonces y que tocará a su fin este sábado, con la celebración, a las 11.30 horas, en la Catedral, de una misa estacional. Y por la tarde, a las 17.45 horas, comenzará la procesión extraordinaria del ‘Stabat Mater Dolorosa’, representación iconográfica que recrean el Crucificado y la Virgen de los Dolores de Ortiz, que partirán desde el templo mayor de la diócesis para poner rumbo a su barrio, la Victoria.

Por este motivo, la cofradía efectuaba este viernes el traslado del Cristo del Amor y la Dolorosa hasta la Catedral, aunque cien años de trayectoria merecían una bajada al Centro no de cualquier forma, sino con marcados tintes procesionistas; esto es, con las efigies en su trono de Semana Santa, que ha sido adaptado ‘ex profeso’ para seis varales para poder acceder a la basílica catedralicia de la Encarnación. Además, con un cortejo de velas, siguiendo un recorrido atractivo, que recordaba la vuelta de la hermandad cada Viernes Santo, pero a la inversa, y a los sones de la banda de música Maestro Eloy García de la Archicofradía de la Expiración, que sí constituía una novedad en su puesta en escena, en detrimento de las cornetas y tambores del Paso y la Esperanza, que suenan cada Semana Santa tras estas imágenes y que también lo volverá a hacer en la extraordinaria de este sábado.

La comitiva se ponía en marcha a las 18 horas. El poder de convocatoria de la hermandad pasó de ser moderado, a la salida, a extraordinario, como la efeméride, en los límites victorianos y, por supuesto, en el final del trayecto, pese a que la bajada a la Catedral, este viernes, llevaba el ‘apellido’ de traslado y el horario no era el mejor para una tarde romántica, que así se presentó, pero laborable, que también lo era. Sin embargo, la Victoria, barrio cofrade por excelencia, quería reivindicar su cariño por la Cofradía del Amor, con la que convive cada año desde hace un siglo, y sus vecinos se iban sumando en la calle para despedir con honores a las imágenes de esta corporación, marista y agustina, en su itinerario hasta el templo mayor de la diócesis el primer viernes de junio, pero con sabor a Viernes Santo.

El cortejo lo abría la cruz guía, escoltada por dos faroles. Le seguían casi un centenar de hermanos con cirios blancos y el guion, con la presidencia, en la que se encontraban el máximo mandatario de la cofradía, Álvaro Guardiola, y los exhermanos mayores Alfonso Sell Cristiá y Federico Fernández Basurte. Cerraba el séquito, el cuerpo de acólitos, con seis ceroferarios.

Cinco minutos después de abrirse las puertas de la casa hermandad, comenzaba a andar el trono, que era recibido con aplausos y el Himno Nacional. Seguidamente, la banda atacaba con ‘Cristo del Amor’, célebre marcha procesional de Francisco Javier Moreno, quien precisamente había dado los primeros toques de campana y hacía de mayordomo de trono al comienzo. Más adelante, ante la casa hermandad del Monte Calvario, turno para ‘Benigne Fac Domine’, todo un himno para los hermanos de la cofradía del recordado Padre Gámez.

Pese a que el día amaneció gris plomizo, el sol se asomaba en la calle Gordón para alumbrar el rostro y el cuerpo del Señor, originándose contraluces imposibles desde su visión trasera. Nube, de incienso, y luz, del astro rey, en el Gólgota victoriano. La muerte y la resurrección de Jesús. Pasión, del Viernes Santo, y gloria, en su traslado triunfal a la Catedral.

La cofradía, con buen criterio, quiso rememorar aquellas salidas procesionales de los años 80 y 90 del pasado siglo, décadas decisivas para la configuración actual de la Semana Santa de Málaga. Así, los portadores no vestían túnica, sino traje oscuro. Y el exorno floral del trono se componía de claveles rojos, dispuestos a modo de friso y en el monte simulado con corcho, entremezclados con esparraguera ‘meyeri’.

La comitiva había buscado la casa hermandad de la Novia de Málaga, que se presentaba adornada con reposteros, antes de subir el Altozano y bajar la Cruz Verde, camino del entorno del Teatro Cervantes. Pero en calle Cristo de la Epidemia, antes de alcanzar Puerto Parejo, se producía el estreno de la marcha procesional ‘Amor Victoriano’, de José Silguero Iriazábal.

Otro momento destacado se producía en la calle Frailes, donde se encuentran las casas hermandad de los Gitanos y la Sentencia. En este punto, a las 19.30 horas, el trono daba el giro de Cruz Verde a Frailes mientras sonaba la marcha ‘La Madrugá’, de Abel Moreno, interpretación que era muy aplaudía por el público a su finalización. Y, a continuación, en Ramos Marín, en el lateral del Teatro Cervantes, ‘Cristo de la Humildad’, otro himno histórico de la Semana Santa malagueña, escrito hace más de 40 años por el padre de la música procesional en Málaga, el maestro Perfecto Artola.

Con los sentimientos a flor de piel, cuando la comitiva ya se hallaba en el Centro, en concreto, en la calle San Agustín, la banda de la Expiración pasaba a tocar ‘La Sangre y la Gloria’, cuya parte cantada era interpretada por el coro de la cofradía, Ubi Caritas, y la coral Voces de Viñeros.

El Crucificado del Amor llegaba al Patio de los Naranjas a las 20.50 horas. En ese momento, se hacía el silencio mientras sonaba de nuevo, como al principio, la marcha de Francisco Javier Moreno, quien, además, acaba de componer una magna obra para esta hermandad, la misa del centenario, que se estrenará este sábado. Y justo cuando el reloj de la Catedral marcaba las 21 horas, aún con la luz verpertina, entraba el trono en el interior de la basílica con el Himno Nacional. Pese a que el cajillo de las andas procesionales se estrechó y se eliminaron dos varales para posibilitar el acceso a la Catedral, también requirió la salida de los portadores de los varales A y F para sortear la reja dispuesta en la puerta de las Cadenas. De esta manera, concluía este traslado, que fue histórico, ya que nunca antes había entrado el Crucificado a la basílica de la Encarnación en su trono procesional, aunque sí lo hizo en unas sencillas andas, en la mañana del 19 de septiembre de 2021, con motivo de la exposición ‘El Verbo Encarnado’, que reunió en la Catedral de Málaga a 13 imágenes titulares de las cofradías de la Semana Santa con motivo del centenario de su Agrupación.

La vuelta a la Victoria del Cristo del Amor, en procesión extraordinaria, será este sábado, a partir de las 17.45 horas. Supondrá, pues, el colofón a los cien años de historia de la cofradía victoriana y será la última vez que el Crucificado figure en el trono procesional que ejecutaran José Ávila y Pedro Román en 1954, ya que, previsiblemente, será sustituido el próximo Viernes Santo por otro de nueva hechura, realizado por el tallista Manuel Toledano, según diseño de Fernando Prini, que contará con labores escultóricas de Abraham Ceada, elementos de orfebrería de Montenegro y el dorado de Tomás Fernández.

Traslado del Cristo del Amor a la Catedral de Málaga | 4K | 2024