Hermandad de Afligidos

El clasicismo se hace cofradía: Afligidos y Amargura abren un Lunes Santo espléndido



Son las seis y media de la tarde; ni un minuto más ni un minuto menos. Se abren las puertas del Santo Cristo para que con un toque en el palermo de comienzo el recorrido del cortejo más pensado de los que recorren estos días las calles de La Isla.

Los movimientos no son aleatorios, nada lo es en esta cofradía. Algún día José Antonio Rodríguez Molina pensó como tenía que andar este cortejo, como miraban los altos nazarenos y como se distribuían, en esas pinceladas cofradieras, cada uno de los detalles que salpican la tarde del Lunes Santo en el barrio del Cristo. 

Se alza el paso en el interior y tras la maniobra de salida se escuchan los primeros compasos de “Amarguras”. Cien años lleva sonando esta marcha, no aquí, pero lo parece. Es escuchar “Amarguras” y es ver este paso dando el primero de los giros para enfilar su camino al centro de La Isla. Giros cuidados, también milimétricos, para la cuadrilla de José González García, una cuadrilla de capataz, una cuadrilla también muy pensada para esta jornada.

Niños con esclavina perfectamente peinados. Acólitos que miran serio hacia el frente. Una banda de música que es un elemento más, ya que parece que hasta el granate de sus corbatas estuviera pensado para que no fallara nada en la conjunción estética que saca a la calle la hermandad.

Sobre el paso lo mejor de más de 75 años de historia. Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura lucen de la mejor manera con los rayos de sol de una tarde que como la del Domingo de Ramos acompaña en lo meteorológico. 

Por segundo año la hermandad busca la fórmula perfecta -en horario e itinerario- para llegar a la Carrera Oficial. La bajada de Ancha se hace algo más lenta que anteriormente y al llegar a la parte baja de la calle Colón una imagen insólita; el misterio de los Afligidos con el misterio del Ecce-Homo de fondo, que cruza por Capitanía.

Parecía que el cortejo de los Estudiantes recorría esta primera parte con algo de parsimonia, recreándose, algo que pasó factura el pasado año. Esta vez llegaron a la Carrera Oficial marcando el tiempo acordado, aunque con una calle Rosario y principio de la propia Carrera Oficial al “ritmo Afligidos” que hacían recordar a esas tardes de Lunes Santo con horario más temprano.

El repertorio de marchas que se interpretan está, no podía ser menos, pensado a conciencia como el resto de elementos. Sobriedad bien entendida. Vuelve el cortejo de los Afligidos camino del Santo Cristo y la noche cae sobre la ciudad. 

En el otro punto conflictivo del día -esquina de Constructora Naval con San Gaspar- vuelven a marcar el tiempo, igualmente muy ajustado como ocurriera en Carrera Oficial. El misterio de los Afligidos por momentos se gusta también en las calles, atrás quedó ese correr por correr, ahora se disfruta un poco más.

El recorrido por la capilla del Cristo de la Vera-Cruz es el último punto antes de encarar la recogida. Un grupo de cofrades lo sigue desde la acera y disfrutan de esta estampa. Tanto se gustó Afligidos en el último tramo del recorrido que el paso entró algo más de 15 minutos después de lo previsto. Alargaron el Lunes Santo hasta entrar pocos minutos después de la medionache, ya en Martes Santo. 

A veces, hasta lo más pensado e ideado tiene sus fugas. Benditas fugas para disfrutar algunos minutos más de Afligidos y Amargura en las calles de La Isla. El clasicismo hecho cofradía. (ISLAPASIÓN).