Hermandades

Cabra se vistió de gala para la culminación con una Magna del Año Jubilar Mariano



Además de presumir de ser el centro geográfico de Andalucía, Cabra presumió ayer de convertirse en el núcleo de interés del mundo cofrade nacional. Y no era para menos. En el marco del Año Jubilar Mariano concedido por el Papa Francisco a la patrona de la localidad, María Santísima de la Sierra, el colectivo compuesto por las hermandades de penitencia realizó una protestación de fe sin precedentes que además sirvió como escaparate con el que difundir la singular idiosincrasia y riqueza de la Semana Santa egabrense, declarada de Interés Turístico Nacional en 1989. 

Quien imaginara que lo vivido ayer fue flor de un día se equivocaba. La actividad ya comenzó el pasado jueves con los primeros traslados de las hermandades con sede canónica en la Asunción y Ángeles que, por el hecho de que la Patrona ocupara la puerta principal del templo, tuvieron que organizarse para localizar y adecentar algunos emplazamientos extraordinarios para su salida. Desde el cocherón de la familia Tarifa en la avenida José Solís, elegida por la Columna para sacar sus dos pasos; desde el recinto de la Plaza de Toros, donde el Rocío de Pasión, la Piedad y el Socorro ubicaron su sede provisional para el evento… Quizás el Huerto fue la corporación que utilizó un espacio más habitual para este tipo de menesteres, ya que, con el beneplácito de la Hermandad del Descendimiento, instaló en su capilla el punto de salida, en pleno corazón del barrio del Cerro. 

Además, un total de 11 cofradías diferentes a las de la nómina procesional también decidieron colaborar con la Magna confeccionando bellos altares en los que expusieron sus imágenes titulares a la adoración pública de los fieles. Ello dio pie a que el ambiente cofradiero invadiese las calles del centro desde primera hora de la mañana, quedando ya vigente durante el resto de la jornada. 

Aunque, sin duda, la pasión tomó el pulso del municipio a partir de las cinco de la tarde. A esa hora, las dos primeras hermandades pusieron sus pasos en la calle, dando así inicio a una maravillosa y extraordinaria correlación de momentos que se sucederían a lo largo de la tarde. 

Se sabe que en una cita de estas características la programación de horarios queda en el terreno de lo meramente estimativo. Por ello, hablar de retrasos huelga, ya que la propia morfología urbana del centro y la masa ingente de público que abarrotó las aceras sirvieron de handicap para cumplir con lo programado. No en vano, y según datos facilitados semanas atrás por la comisión organizadora, el número de excursiones y viajes promovidos -y comunicados- por colectivos cofradieros de toda España rondó el centenar. Todo ello sin contar los desplazamientos en vehículos particulares. La ocasión lo merecía y era lo suficientemente llamativa como para prever la avalancha de personas que, finalmente, acudió al municipio. 

Una vez en la Plaza Vieja, los 11 pasos subieron uno a uno por la calle Mayor hasta la trasera de la parroquia, donde comenzaron el itinerario oficial. Ante un imponente altar instalado en la portada barroca de este templo, donde se mostraba excelsa y sublime la Virgen de la Sierra, fueron desfilando por orden el paso de palio de la Virgen del Socorro, y los pasos de misterio de la Pollinita, el Huerto, la Columna, el Dulce Nombre -Hermandad de la Misericordia-, el gran estreno del misterio del Sagrado Encuentro en la calle de la Amargura con la nueva imagen del nazareno de la Salud -Hermandad del Rocío de Pasión-, Jesús de las Necesidades, el misterio de la Caridad -paso compuesto por la cotitular de la Columna, San Juan y un crucificado exprofeso para la ocasión-, la Piedad, el Sepulcro y, cerrando el cortejo, la Virgen de la Soledad. Frente por frente a la Patrona, los pasos se encaraban con la mirada azul de la Señora, a quien simbólicamente rendían honores en tan especial oportunidad. Como testigos, medio millar de personas que se abonaron a las sillas dispuestas por la organización en la Plaza Rubén Darío, justo delante de la parroquia. Igualmente, la tribuna de invitados estuvo presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, así como por autoridades como el alcalde de Cabra, Fernando Priego, y representantes públicos a nivel provincial y regional. 

En un irrepetible cortejo, los pasos avanzaron por la carrera oficial, acompañados de nuevo por las formaciones musicales que estuvieron tras ellos durante la ida y que volvieron a incorporarse en la Plaza Vieja. Bandas de destacado nivel dentro del panorama musical de la Semana Santa andaluza, como la agrupación de la Redención de Sevilla tras el misterio del Huerto, entre otras. 

Un día que quedará marcado con letras de oro en la historia local, tanto por su repercusión como por la serie de hechos poco habituales que regaló a los cofrades egabrenses como la Virgen de la Soledad entre la oscuridad de la noche -siempre sale el Sábado Santo por la mañana- como la primera salida procesional del nazareno del Dulce Nombre, que aún no se encuentra dentro de la nómina de pasos que recorren la carrera oficial en los días santos. (ISLAPASIÓN).