Hermandad de la Misericordia

La lluvia rompió en dos el cortejo de Misericordia que recortó por Colón para llegar a la Pastora

No pudo ser y la Hermandad de la Misericordia no pudo completar, como deseaban sus hermanos, el recorrido completo previsto para el Jueves Santo y es que como apuntaban los partes meteorológicos desde el Domingo de Pasión, habría lluvia en la jornada más larga de nuestra Semana Santa.

Algunos minutos antes de la hora prevista para su salida la Junta de Gobierno de la Misericordia valoró todas las posibilidades y decidió salir a las calles de San Fernando manteniendo el mismo horario e itinerario previsto aunque tenían como opción ya más que asentada que si la jornada traía alguna inestabilidad tras pasar por la calle Rosario girarían Colón abajo para buscar por el recorrido más corto la vuelta al templo pastoreño.

El cortejo salió añadiendo como novedad más importante el bordado de la orla que circunda la gloria del techo de palio obra del taller sevillano de Jesús Rosado, sin duda una obra que viene a mejorar si cabe el mejor palio bordado de nuestra Semana Santa.

También se estrenaba, tras el paso del Señor de la Misericordia, la banda de cornetas y tambores del Amarrado de Ávila que mantuvo un gran nivel en sus interpretaciones tal como lo hizo igualmente la banda de música de San José Artesano tras el palio de la Piedad. Bajo los palos la cuadrilla de la hermandad que interpreta una carga añeja.

El cortejo discurría normal por la calle Real y Carrera Oficial en la que el palio de la Virgen de la Piedad entró al son único del tambor tras escucharse en la Plaza de la Iglesia “Jesús Nazareno” y “Soledad Franciscana”. 

Todo transcurría con normalidad hasta que al llegar a la calle García de la Herrán el paso de Jesús de la Misericordia -la Cruz de Guía ya estaba por la calle Rosario- llovió durante algunos minutos. Esto hizo que el cortejo se dividiera en dos totalmente; por un lado el paso de misterio asumió un ritmo de paso de traslado hasta encajarse en pocos minutos en la calle Rosario, el palio de la Virgen de la Piedad por su parte fue andando de forma parsimoniosa escuchando las marchas. 

Esta diferencia de ritmos hizo que el cortejo se quedara dividido con una primera parte entre la calle Colón -se decidió recortar por aquí- y el final de la calle Rosario y otra parte del cortejo en García de la Herrán con el paso de palio con gran parte de la calle Rosario sin hermanos de la Misericordia.

Estos momentos de nervios dejan siempre algunas de las peores imágenes de nuestras cofradías en la calle. El paso de misterio quedó parado en el último tramo de la calle Rosario esperando que el cortejo se volviera a agrupar, momento que utilizaron los hermanos cargadores para hacerse una fotografía delante del paso. Por su parte el palio venía por la calle Las Cortes con levantás que levantaban la sorpresa entre el público. 

También hubo quien en su condición de hermano -incluso de antiguo Hermano Mayor- recriminó a la cuadrilla del palio un andar más presuroso con formas nada correctas y que en estos momentos de nervios solo hacen complicar el trabajo de la jefatura de procesión y las cuadrillas de cargadores.

Una vez pasada la lluvia el cortejo volvió a un ritmo reposado -ya siendo un solo bloque- y bajando la calle Colón escuchando las marchas que las dos bandas interpretaban. La lluvia hizo que el Cristo de la Misericordia no esperara en la Plaza de la Pastora sino que entrara directamente en el templo. 

Con la entrada del paso de palio a los sones de la Salve marinera finalizaba una tarde-noche de Jueves Santo en la Misericordia en la que la lluvia sorprendió al cortejo y obligó a recortar por la calle Colón para acortar el itinerario habitual. (ISLAPASIÓN).