Como cada viernes de Romería del Rocío la Hermandad filial de San Fernando tiene anotado en rojo en su calendario la fecha. Un día importante, quizás el más importante del año, en el que tras unos días de recorrido por el Coto de Doñana presentan al Simpecado marrón de La Isla ante la Hermandad Matriz de Almonte.
A la hora fijada tanto los peregrinos como los isleños que cada año se acercan a esta cita se congregaban en la casa de hermandad, en la calle Ajolí, y comenzaban el camino que les llevaba a una nueva presentación. En el cortejo además de los hermanos rocieros representaciones de distintas hermandades, caballistas y el grupo de piteros, también una representación municipal encabezada por la alcaldesa Patricia Cavada que lucía la medalla de la hermandad, aún sin ser hermana de la corporación.
Desde Ajolí se llegó a la Plaza de Doñana donde la Hermandad Matriz va ordenando la entrada de las hermandades para que en orden inverso de antiguedad vayan presentándose. Como siempre las calles más cercanas a la ermita fueron un animado camino por sevillanas hasta llegar a los nervios propios del momento en el que la carreta blanca de La Isla se planta ante el dintel de entrada de la ermita. Allí se rezó la Salve y se dieron, por parte del Hermano Mayor Moisés Posada, los vivas propios, que serían los últimos ostentando el cargo.
El regreso sirvió para tener momentos de recogimiento, de peticiones ante la Virgen junto a algunos hermanos y de alegría por poder vivir un nuevo viernes de presentación. Bonitos momentos también los vividos al llegar a la casa de hermandad de regreso y los agradecimientos del Hermano Mayor. La Isla volvió a presentarse ante Almonte.
