Sin duda es uno de los actos de la Cuaresma y que se encuentra respaldado por un mayor número de fieles. Antes del primer viernes de marzo, en el domingo anterior, los hermanos de Medinaceli trasladan a Jesús Cautivo y Rescatado desde su altar de diario hasta el altar efímero montado para la celebración del Quinario.
Además de los fieles que llenan los bancos muchos hermanos que portan cirios y hacen el pasillo central por donde discurre un pequeño cortejo formado por la Junta de Gobierno y la parihuela donde se porta a Jesús Cautivo.
El silencio es sepulcral solo roto por las marchas a órgano a cargo de José González García, que en este año interpretó Mektub y Mater Mea.
Tras realziar el camino hasta el presbiterio se realiza una oración con la que se finaliza el acto y se anima a la participación en el Quinario que comenzará mañana en la misa de ocho de la tarde.
