Más de hora y media sin mirar ni un solo folio. Así ha sido el excelente Pregón del Rocío que ha pronunciado en el mediodía de hoy Francisco Montenegro Calvar en la Iglesia de la Sagrada Familia.
De memoria y desde el corazón el pregonero ha ido matizando cada uno de los aspectos que marcan una nueva Romería del Rocío sin dejarse nada en el tintero. Todos los personajes, todos los momentos, todo lo que conforma el sentir rociero pero siempre, en cada momento de la exaltación: la Virgen como centro de este sentimiento que le hizo en varias ocasiones tener que interrumpir su pregón por la emoción en sus palabras.
El acto comenzaba tras la lectura de la secretaria del acta que nombraba al pregonero con la intervención del Coro de la Hermandad del Rocío que interpretó varias letras antes de que el presentador del exaltador, José Pérez-Arellano Ramírez, hiciera una sentida glosa sobre el pregonero.
Tras la presentación y con el sonido de los piteros llegaba el pregonero al altar para situarse junto a los folios que no abrió durante la exaltación. Las pastas quedaron cerradas ya que el pregonero tenía en su memoria -y en su corazón- cada una de las palabras que tenía que ir desgranando en una exaltación prodigiosa que emocionó a los presentes en muchas ocasiones.
Nombres propios, situaciones concretas, detalles del camino desde la preparación hasta la vuelta, pero siempre la Virgen del Rocío en sus palabras como referente, como imagen que se repetía en cada uno de los pasajes. Y es que Francisco Montenegro, un militar retirado, ha puesto hoy en su dura voz de mando la dulzura del cariño de quien lleva más de 20 años peregrinando para ver a la Virgen del Rocío y conoce muy de cerca el camino de la Hermandad de San Fernando en estos 10 años que ahora se cumplen como hermandad filial.
Tras su exaltación -en la que participó en varias ocasiones el coro Romeros de La Isla- la hermandad entregó un obsequio al pregonero en forma de artistico Simpecado y de un cuadro al presentador del mismo. El cante de la Salve dio por finalizado un emotivo mediodía junto al Simpecado isleño y que concluye los actos para conmemorar el X aniversario como hermandad filial. (ISLAPASIÓN).