Hermandad de Columna

Fallece Antonio Rosales Rincón, tesorero de la Hermandad de Columna

Esta mañana ha fallecido el cofrade de la Hermandad de Columna y miembro de su actual junta de gobierno desempeñando el cargo de tesorero, Antonio Rosales Rincón a los 58 años de edad.

Cofrade comprometido en el seno de la corporación del Domingo de Ramos desempeñaba también el cargo de vocal de formación y era asiduo en cualquier acto o evento en el que la cofradía estaba representada. Rosales Rincón era hermano también de la cofradía de Desamparados.

El cuerpo sin vida de este cofrade permanece ya en el tanatorio de San Fernando y la misa corpore in sepulto será mañana, 13 de agosto, a las doce del mediodía en la Iglesia Mayor Parroquial. DEP. (ISLAPASIÓN).

CARTA DE AGRADECIMIENTO A LA HERMANDAD DE COLUMNA

Querida Hermandad de Columna:

A través de estas líneas quiero
agradeceros en general todo el cariño, apoyo y amor que habéis demostrado tras
la pérdida de mi esposo Antonio miembro de esta hermandad hacia nosotros sus
familiares, en estos momentos duros donde nos es difícil encontrar a Jesucristo
en nuestros corazones.

Con esto no quiero transmitir pena,
no porque no la haya… sino porque soy consciente de que como yo existen
numerosas familias que pierden a sus seres queridos provocando numerosos
cambios en la vida diaria, aumentando responsabilidades que antes no teníamos
ni idea que existían pero dentro de esta tragedia tengo la gran suerte y es que
Dios está conmigo, lo noto dentro y aún sigo dándole las gracias cuando lo más
fácil sería darle la espalda; pero en cambio él es quien nos aporta paz,
serenidad y felicidad que buscamos en esta vida como bien nos dijo en su
Evangelio “seamos apóstoles de Cristo cargando su cruz  y siguiéndolo llegaremos a la vida eterna”

Me considero cristiana desde mi infancia
jamás había sentido lo que siento ahora, lo que he estado sintiendo durante
todo este tiempo el cual no ha sido fácil para mi marido y aun así lo veía
volcado con su liturgia, todo pasa por algo quizás él fue destinado a
desempeñar esa función para prepararme aún más en mi fe y es que cada vez que
lo veía preparar una liturgia, resumir una palabra o rezar una oración me
sentía más cerca de Dios, ahora lo entiendo todo, mi corazón estaba
desgarrándose junto al de él para así pasar a formar parte de la vida eterna.

No quiero despedirme sin antes
agradeceros de nuevo y esta vez también en nombre de Antonio todo el consuelo
que he recibido por parte de ustedes y como no personalmente, todos estos años
llenos de felicidad junto a mí querido Antonio.

Que nuestro Padre Jesús atado y
flagelado a la columna y Nuestra Señora María Santísima de las Lágrimas nos
sigan guiando en nuestro camino.

Recibid
un cordial saludo.

Carmen
González Sánchez