Editorial

La misma doble vara de medir de siempre

Es un tema recurrente, y no nos cansaremos de exponerlo. Pero lo de la Delegación epsicopal de hermandaes y cofradías con Rafael Guerrero al frente es, día tras día, un desastre mayor. Cada asunto que cae en sus manos se convierte en un problema mayor de lo que entra por la puerta de Hospital de Mujeres, o si no se hace caso al problema, igualmente se magnifica. A veces habría que pensar si sería mejor no tener este ente o a quienes lo conforman.

A la falta de criterio en la toma de decisiones se le suma -y es algo heredado del anterior Secretariado diocesano de hermandades- la doble vara de medir que siempre existe cuando un tema sucede en la capital gaditana o en el resto de localidades amparadas dentro de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. Según ocurra algo, se toman unas medidas u otras. Si se dice que un rosario por las calles debe hacerse con rigurosidad y con sobriedad, luego van los Servitas de la capital y con el propio Rafael Guerrero como Prior sacan en la mañana del 15 de agosto un palio. Y no pasa nada.

O se paran cabildos en otras localidades y en Cádiz se pasa de largo con las mismas circunstancias. O se piden ciertas cosas para una adquisición o restauración en Cádiz y otras en el resto de localidades. O incluso aquel recordado “rezo por vosotros” del anterior delegado episcopal ante la suspensión de la Semana Santa de 2020 para las hermandades o el decreto para Cádiz junto al Consejo de la capital.

O como la última. Según sea la capital gaditana o el resto de municipios se actúa mediante comunicado o similar a las hermandades para que no participen de una procesión civil. Y es que el próximo sábado 23 de septiembre en Cádiz se llevará a cabo una procesión que nada tiene que ver con la Iglesia. Saldrá una imagen que representa a la Virgen, en la advocación de la Consolación, desde el patio del Palacio de Congresos y con el acompañamiento musical de la Banda de Música de Gailín de Puerto Serrano.

Esto, hace unos meses -Coronación de Espinas-, incluso desde hace varios años -Cristo de la Almadraba-, en San Fernando por ejemplo ha repercutido en un documento desde el Obispado de Cádiz a las hermandades isleñas en las que se les prohibía participar de las mismas, se les prohibía prestar enseres y se advertía que ese no era el camino. No entramos si es acertada la decisión o no, pero está claro que con Cádiz existe otra vara de medir, ya que allí nadie ha comentado nada desde el ente que debe velar por nuestras hermandades y cofradías. Como siempre. Y no pasa nada.