Editorial

La estética de la Feria

La Feria del Carmen y la Sal, nuestra feria, por segundo año se desarrolla en el Parque Almirante Laulhé. Un enclave propicio para la misma si se mantiene una pretensión en la extensión de lo que debe ser, si se apuesta por esta, y también teniendo teniendo el condicionante que por algún año más debido a la situación del recinto ferial de la Magdalena no parece vaya a desarrollarse como estaba previsto, especialmente en lo que a tiempos se refiere.

Pero eso es otro tema. Hoy nos queremos centrar en la estética de la feria y especialmente en los elementos que la desarrollan, las casetas. Desde el salto el año pasado de la Magdalena al Parque no solo se ha cambiado del modelo de feria, con casetas en otras dimensiones distintas -este año montadas una buena parte variando la orientación de los módulos para que el montaje saliera más barato y reduciendo algo más el tamaño- pero también eliminando el aporte que se daba en forma de premio a las mejor decoradas y que se desarrolló hasta el 2019, último año en la Magdalena.

Eliminar estos premios y acondicionar una estética uniforme a las portadas de las casetas ha conllevado un punto positivo y otro negativo. El positivo es que ya al menos el impacto visual ante la entrada de las casetas no es el de las lonas de plástico, en muchas ocasiones deterioradas, que se podía tener en algunas casetas como pasaba en la Magdalena. Pero principalmente el negativo, al eliminar los premios, es que ha bajado mucho la pretensión de los caseteros -especialmente los cofrades- en exornar y engalanar el interior de las casetas con motivos propios y que daban tanto colorido y realce a las mismas.

Este bajón en el nivel salvo honrosas excepciones -las fotos no mienten- hacen que el modelo se debilite, ante unos administradores volcados en lo estético, en la foto. Quizás sea un punto a mejorar con respecto al próximo año que, todo apunta, volverá a desarrollarse en el recinto del centro de la ciudad. Una inversión tan pequeña como la que se hacía en el concurso de casetas podría volver a motivar a tenerlas igual de bien por fuera, que por dentro.

Pero no solo depende del concurso, también las nuevas estructuras construidas con materiales que no dejan poder realizar la decoración como en las que se instalaban en la Magdalena, con la ausencia de chapa y la sustitución por lonas, lo hace imposible. Igualmente los caseteros disponen de las casetas solo un par de días antes del alumbrado de la Feria y no una semana antes como ocurría en el recinto ferial de la Magdalena.

Sobre las portadas, cartel y demás elementos que determinan la estética seguro podremos hablar en otro momento, o en nuestra feria estos días.