Ya está de nuevo el Regidor Perpetuo en su templo. Llegó ayer domingo, pasadas las diez y media de la noche, tras un traslado de regreso con distintos momentos emotivos e históricos.
Todo comenzaba a las cinco de la tarde con el último de los actos a celebrar dentro del Hospital de San Carlos, una eucaristía que ponía fin a la misión evangelizadora del Regidor Perpetuo en el hospital. Tras esta, en el exterior de la capilla se bendijo una placa que conmemora esta visita.
Una vez concluido el programa de actos previsto se preparó todo para el traslado de regreso. El hall de entrada al hospital se mezclaba entre sanitarios, ciriales, acólitos y libreas, junto a hermanos nazarenos que conformaban el cortejo y se guarecían de la sombra.
Eran minutos antes de las seis cuando el cortejo, con Jesús Nazareno sobre la parihuela de asas, salía del hospital por la puerta principal recorriendo desde aquí el camino hasta el Panteón de Marinos Ilustres donde fue entronizado de nuevo en su dorada parihuela. Antes de la eucaristía en San Carlos se había cambiado el túnico al Señor, dando una estampa distinta a la que se contemplaba en la jornada del sábado en el traslado hacia el hospital.
Una vez en su parihuela comenzó el recorrido de regreso que dejó distintas estampas. La primera de ellas el cortejo recorriendo la zona de la Glorieta, junto al monumento al Sagrado Corazón de Jesús, para regresar por la calle San Rafael hasta el callejón San Miguel. Antes de entrar en este coqueto enclave del barrio pastoreño una lluvia de pétalos le dio la bienvenida desde la casa de una conocida familia de la hermandad. Tras esto los versos de Antonio Alías desde el balcón de su taller anunciaban la única parada de este recorrido de regreso, la visita a la Divina Pastora de las Almas Coronada.
Esta visita se produjo cuando el cortejo -con algunos minutos de retraso- llegaba a la Plaza de la Divina Pastora y era recibida por una representación de la hermandad de la Copatrona isleña. Jesús Nazareno accedió al templo y se quedó a la altura del altar de la Hermandad del Ecce-Homo, sin llegar a colocarse junto al presbiterio como ocurriera hace quince años. Ese momento, el de la visita de Jesús Nazareno en 2010, había propiciado este encuentro quince años después pues la Hermandad de la Pastora quiso que con una foto de aquella jornada estrechar de nuevo los lazos entre ambas corporaciones. Así lo anunció el hermano mayor pastoreño, Manuel Mira Guerrero, en su intervención. No quiso quedar atrás el mayor representante de la Hermandad del Nazareno que entregó un cuadro y un ramo de flores como agradecimiento.
Tras esto el cortejo volvió a conformarse y salir desde el templo pastoreño buscando la Iglesia Mayor e intentando acortar los minutos que se habían perdido sobre el horario previsto. A esto se le sumó una parada obligatoria al final de la calle La Herrán y antes de cruzar hacia Almirante Cervera debido al paso del Trambahía. Ya en la zona de las calles traseras al primero templo de la ciudad el ritmo se aceleró para llegar con una diferencia horaria mínima. Jesús Nazareno fue acompañado en esta ocasión por el Coro San Juan de la Cruz acompañado por algunos músicos que interpretaron la parte cantada de la marcha procesional ‘Jesús Nazareno’ como punto y final a este traslado.
Jesús Nazareno, el ‘doctor de la bata morada‘ regresó de San Carlos tras su misión evangelizadora previa visita a la Divina Pastora.

