El Corpus Chico de la Pastora aumenta en cortejo y retoma el auge de décadas pasadas
Ayer finalizaron los cultos eucarísticos organizados por la Hermandad Sacramental de la Misericordia en la Parroquia de la Divina Pastora. Con una Solemne Función a las ocho de la tarde concluían los cultos internos sacramentales que tenían su punto y seguido por las calles del barrio con la procesión eucarística, conocido tradicionalmente como el ‘Corpus Chico’.
Una procesión que ha experimentado un notable realce con la incorporación desde el pasado año de parihuelas que anteceden a la Custodia: el Beato Marcelo Spínola, el Niño Jesús y la imagen de la Inmaculada Concepción de María, último añadido este año a falta de la incorporación del Beato Fray Diego José de Cádiz, previsto para el próximo 2025 a falta de los permisos oportunos a la Hermandad de la Divina Pastora para su bendición y puesta al culto.
Pero no solo ha aumentado en número de imágenes esta procesión eucarística, también en la participación de los distintos grupos y en el arraigo dentro del barrio ya que se instalaron alfombras de sal y altares durante el recorrido, haciendo de esta jornada una verdadera fiesta para la feligresía pastoreña.
El recorrido volvió a ser el habitual en los últimos años aunque con este horario la recogida se hace ya entrada la anochecida, algo que resta público y solemnidad en los últimos metros. El acompañamiento musical, tras el paso de la Custodia, estuvo a cargo de la Banda de Música de la ACM San José Artesano con un repertorio variado en el que además se añadieron varias composiciones isleñas.
Las parihuelas fueron portadas por cuadrillas de la asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC) tanto el Niño Jesús como el Beato Marcelo Spínola -antecedido este último por el cortejo de la Hermandad del Huerto- y por los jóvenes de la cuadrilla de la Cruz de Mayo de Santa Elena en el caso de la Inmaculada Concepción. El paso de la Custodia volvió a ser portado por cargadores de la JCC, en lo que fue sin duda uno de los aspectos a mejorar de esta procesión.
Un Corpus Chico que aumenta en número y vistosidad y que vuelve a retomar el auge de sus inicios y los momentos más prósperos de esta cita eucarística.
