¿Un paso para la Sagrada Cena de Sevilla con boceto made in La Isla?
Un total de 27 proyectos se han presentado al concurso nacional convocado por la hermandad de la Sagrada Cena de Sevilla para el nuevo paso de misterio. La junta de gobierno que encabeza Álvaro Enríquez abrió la puerta a que diseñadores de cualquier rincón del mundo ofrecieran sus ideas para la ejecución de las futuras andas procesionales que sustituyan a las actuales.
Y así, han sido 27 los promotores, la mayoría de ellos sevillanos aunque han llegado diseños desde lugares como Londres, Salamanca, Arjonilla (Jaén), Jerez de la Frontera, Córdoba, o San Fernando.De nuestra ciudad, dos bocetos para el nuevo paso de la Sagrada Cena que llevan la firma de José Antonio Rodríguez Molina y Manuel Oliva León, que vamos a intentar desgranar sin conocerse aún de forma pública los citados bocetos.
José Antonio Rodríguez Molina: un paso romántico, de líneas onduladas y talla dorada sobre carpintería negra
El cofrade de la Hermandad de los Afligidos y creador de la estética de esta hermandad ha presentado uno de los 27 bocetos para la ejecución de las nuevas andas de la Hermandad de la Sagrada Cena de Sevilla.
Rodríguez Molina nos asegura que «el diseño que he presentado para paso de misterio obedece fundamentalmente a las particularidades de la propia Hermandad de la Sagrada Cena. Su condición de hermandad histórica, de cola y de centro, me hicieron pensar en una obra que venga a respetar y reforzar estas señas de identidad. Por ello he huido de las nuevas tendencias que a pesar de ser perfectamente aceptables en otras corporaciones, creo que en este contexto supondría una transgresión al estilo y personalidad de esta hermandad».
Para ello el artista ha procurado «buscar el sabor de lo antiguo, apoyándome por un lado, en las piezas de platería del siglo XIX y por otro, en aquellos pasos que se perdieron de la Semana Santa, como el del Nazareno de la O, de 1846 y de autor desconocido; el del Señor de Pasión, de Juan Rossy, estrenado en 1865; o el del Nazareno del Valle, estrenado 1898 y que aún hoy lo podemos contemplar por las calles de Sevilla. Quizás, la novedad de esta propuesta radique precisamente en la recuperación de un estilo olvidado».
Así pues, el canasto puede recordar a las líneas románticas, propias del siglo XIX, con forma de “pecho de paloma”, donde el abombamiento está en la zona baja, según afirma el propio autor del boceto.
Como elemento estructurador de todo el conjunto aparece la línea ondulada. Hay mucha línea ondulada en este diseño, siguiendo así uno de los recursos del barroco y que en la Semana Santa antigua ya existía, como en la crestería del antiguo palio de María Santísima de la Concepción, de la hermandad del Silencio, cincelada por Manuel Palomino en 1871 y que hoy día está integrada en su retablo, en la iglesia de San Antonio Abad; o en el palio de las Penas de San Vicente, estrenado en 1929 y realizado por Eduardo Seco Imberg, hoy en la Hermandad de la Cena de Jerez.
Además de sus líneas hay otros detalles, como nos asegura el propio José Antonio Rodríguez Molina, que vienen a contribuir con esa búsqueda de lo añejo, como el canasto sin calar, la ausencia de respiraderos de talla, o las corbatas en los respiraderos bordados, también como un guiño al palio de Nuestra Señora del Subterráneo, obra de Rodríguez Ojeda.
Y como elemento importante que aporte personalidad y carácter a toda la obra está una combinación poco usual de los materiales. Posiblemente sea esa la novedad principal: talla dorada sobre carpintería negra. En sintonía con muchos retablos del barroco que presentan talla dorada sobre espacios policromados.
No se ha pensado en un recargamiento de su decoración. Tan sólo los ochos relieves pasionistas de su actual paso de misterio, ejecutados por Luis Antonio de los Arcos, aunque algunos de ellos fueron realizados por el afamado Pedro Roldán y policromados posteriormente en 1966 por Luis Jiménez Espinosa. Representan: Beso de Judas, Flagelación, Coronación de Espinas, Camino del Calvario, Cristo de la Humildad, Exaltación de la Cruz, Clavario y Tres Necesidades.
Su iluminación sería por cuatro faroles de plata tipo “pera” muy inspirados a los que Diego María del Valle diseñara en 1865 para el Santo Entierro gaditano, que se complementaría con cuatro ángeles ceriferarios abrazados por tres guardabrisas con brazos de talla dorada.
Aunque este diseño está concebido para ser realizado de talla dorada sobre fondo negro, también se ha presentado la versión en plata.
Este boceto cuenta con los presupuestos para la obra de Manuel Oliva León en la talla, Felisa García Llanera en el dorado, José Manuel Bernet Cabeza en la orfebrería, el taller de bordados «Virgen del Carmen» de nuestra ciudad con José Muñoz Moreno al frente y la imaginería de Manuel Luque Bonillo.
Manuel Oliva León: un paso barroco, dorado, con orfebrería y elementos polícromos
El segundo de los proyectos que nace en La Isla es el que lleva la firma del tallista Manuel Oliva León, encargado como veíamos también, de la parte de talla en el diseño presentado por José Antonio Rodríguez Molina.
«Haced esto en conmemoración mía» es el título que lleva este boceto presentado para las nuevas andas de la Hermandad de la Sagrada Cena de Sevilla, con la idea según su autor «de que todo lo que se haga en el seno de la Iglesia debe ser realizado para mayor gloria y alabanza a Dios. Hemos puesto nuestra máxima ilusión y sapiencia para generar este proyecto de paso».
El propio Manuel Oliva segura que «según avanzaba el diseño, vi viendo los gremios necesarios para ejecutar tal obra, por ello me fui rodeando del mejor elenco de artistas y profesionales. Este grupo se creó con la idea de trabajar con los mejores profesionales en los diferentes oficios y además obtener un buen trabajo en equipo ya que, todos los integrantes, a parte de ser grandes artistas y profesionales con un currículo intachable, son grandes personas y amigos desde hace mucho años”.
Con esto lo que se ha conseguido ha sido un paso perfectamente estudiado para la Hermandad de la Sagrada Cena, en su forma y estilo, y en toda la carga iconográfica relacionada con Sevilla, con la propia hermandad, y sobre todo con la escena que representa el misterio, según afirma el autor.
Oliva asegura que «se ha diseñado un paso pensado hasta en sus más mínimos detalles, con muchas y variadas referencias al misterio que se representa, que ayudarán a su mejor comprensión, así como al culto al Santísimo Sacramento en general. Con ello, se quiere conseguir un paso exclusivo que sea reconocido por la simbología que representa y que, por ello, se reconozca a la Hermandad a la que pertenece».
El paso ha sido diseñado siguiendo los cánones estilísticos propios del Barroco, por varias cuestiones básicas fundamentales. En primer lugar, porque se ha considerado que el estilo barroco casa indisolublemente con la línea estilística propia del grupo escultórico que representa el misterio de la Sagrada Cena, que si bien fue realizado durante el siglo XX, resulta evidente su herencia plenamente barroca.
Y en segundo lugar, porque el estilo barroco predomina en los enseres y demás pasos de la cofradía, ofreciendo así una mayor uniformidad estilística a la misma.
El diseño es de un paso dorado, ya que el autor considera que «contribuye de manera esencial a resaltar la magnificencia del misterio representado. No obstante, el paso incluye pequeños elementos en plata. Con ello se incide aún más en la idea de conformar una cofradía con una línea estética propia e inconfundible que refuerce la identidad de la hermandad».
Igualmente, el paso también incluye elementos polícromos realizados en madera. Con estos elementos polícromos, mezclados con la plata y el oro dominante, se rompe la monotonía cromática y «se dota al conjunto de mayor viveza y movilidad que acentúa sus líneas barrocas» afirma el propio Manuel Oliva.
En definitiva, un paso «original, único, distinto, exclusivo, diseñado para la magnificencia y trascendencia del misterio que representa, en consonancia con el estilo artístico del grupo escultórico que lo representa, y vinculado a las señas de identidad que durante siglos han definido a esta hermandad, dentro de la tradición religiosa y cofrade de la ciudad de Sevilla».
El autor presenta este proyecto asegura «con las ganasde llevarlo adelante, de crear algo diferente, de engrandecer aún más el misterio de la Sagrada Cena, por ello, tengo una ilusión especial en este proyecto. Me gustaría que mis manos dejaran su huella en Sevilla y qué mejor forma que hacerlo con este paso, con todo lo que representa para todos aquellos que disfrutamos de la Semana Santa”. (ISLAPASIÓN).