La Hermandad de la Borriquita de Puerto Real puso ayer el sobresaliente a un amplio y trabajado programa -por el 50 aniversario de su Titular mariana- en el que durante los últimos meses han venido trabajando los cofrades del Domingo de Ramos y que culminó ayer con la salida extraordinaria de la Virgen de la Estrella.
A la correcta selección de marchas procesionales interpretadas por su banda de música se le unieron los cuidados estrenos que lucía, el elegante exorno floral y el buen gusto de su forma de vestir de la dolorosa. El resultado, una combinación cuanto menos notable.
Como anfitrión para la visita del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, el párroco de Santo Domingo de Guzmán, Juan Antonio Martín Barrera, cuidó todos los detalles para que el transcurrir de los acontecimientos vividos desde primera hora de la mañana fuera esplendoroso. Cuando el prelado llegó a la casa hermandad para descubrir el azulejo conmemorativo de los 50 años de la Estrella, eran ya cientos los devotos que hacían colas para visitar la imagen entronizada en su paso en el interior del templo.
La de ayer fue una jornada de homenajes para agradecer el trabajo de numerosos hermanos e instituciones que se han volcado en los actos del cincuentenario. Comenzó por el delegado nombrado por la corporación para la efeméride, José María Moreno Gaviño, y siguió con el grupo joven de la hermandad y la cuadrilla de niños costaleros del colegio de La Salle. Todos recibieron el calor de los suyos en una síntesis de fraternidad cristiana y fervor mariano.
La salida procesional extraordinaria de la imagen que realizó el artista Miguel Laínez Capote en 1963 y que fue retallada por Francisco Berlanga en los años 80, aunó todo el amor de los alumnos de su colegio, La Salle, que ayer se volcaron en el desarrollo de la conmemoración.
Centenares de flores de seda, fruto de la dedicación de los hermanos que han trabajado en su confección, configuraban el efímero y glorioso cielo de las calles del recorrido. El itinerario tuvo sus momentos álgidos al paso del cortejo por la Iglesia Mayor Prioral de San Sebastián Mártir, el convento de la Victoria, sede canónica de la Hermandad de la Soledad o la Plaza de Jesús, donde estaba instalado el arco que atravesaba la Virgen tras cruzar la calle de la Plaza, donde estaba situada la vistosa alfombra de sal regalo para la ocasión de la Esperanza de Sanlúcar de Barrameda.
Por su cincuentenario, Nuestra Señora de la Estrella lució una serie de estrenos donados por personas muy vinculadas a la cofradía: una estrella de orfebrería plateada para pectoral, obsequio de los padres y madres del colegio; una cinturilla bordada en oro sobre malla, regalo de la Agrupación Parroquial del Prendimiento de El Puerto de Santa María; un ramo de olivo de orfebrería, donado por los hermanos costaleros; la nueva saya bordada en oro sobre terciopelo rosa, que han costeado entre la Junta de Gobierno, el grupo joven, los costaleros de la Virgen y la propia comisión del cincuentenario; así como la cruz pectoral realizada por Jesús Peral y donada por el director espiritual de la cofradía, Juan Antonio Martín Barrera.
Además, el retablo cerámico conmemorativo ha sido posible gracias a la colaboración de miles de personas que a lo largo de todo este año han puesto su granito de arena en esta estampa para la historia de la Semana Santa de Puerto Real. Como dato de interés, hay que destacar el marco de mampostería del azulejo, un dintel inspirado en la fachada principal del Colegio La Salle Buen Consejo con la estrella del Signum Fidei Lasaliano coronando el conjunto.
La hermandad de la Borriquita escribió ayer una página más en su entregada historia a la vida cofrade de la provincia con un epílogo con el que complementa una ejemplar vida de hermandad en la que destaca su encomiable labor social y asistencial.
Entre las hermandades que acompañaron a la Hermandad de la Borriquita de Puerto Real se encontraba una amplia representación de la homónima isleña encabezada por su hermano mayor, Manuel Clavaín.
Desde ISLAPASIÓN queremos agradecer de forma expresa el buen trato recibido durante todos estos meses por la hermandad de la Borriquita de Puerto Real y muy especialmente por el delegado nombrado por la corporación para la efeméride, José María Moreno Gaviño. (ISLAPASIÓN).