Como cada tercer sábado de mayo, desde hace ya más de una década, la Santa Emperatriz, Santa Elena, procesiona por las calles de San Fernando en la que es la segunda de las procesiones letíficas del calendario cañaílla.
Una procesión que se ponía en las calles desde la Vaticana y Castrense de San Francisco minutos después de las cinco y media de la tarde con la apertura de puertas por parte del pregonero de las Glorias, Juan José Castiñeiras Bustillo. El cortejo comenzaba su discurrir mientras la Banda de Música del Nazareno interpretaba ‘Pescador de hombres’ para seguir con los primeros sones tras el Himno Nacional con la marcha ‘Santa Elena’ de Félix de Carboneras dedicada a la Titular de la corporación.
El dorado paso se consolida y como estreno este año se añadían cuatro ciriales de Orfebrería Bernet que antecedían a las andas, así como el báculo del pertiguero. Una hermandad vida que sigue avanzando a pasos agigantados y que se volvió a demostrar en la jornada de ayer. Las altas temperaturas, presentes en los primeros compases de esta procesión, restaron público en las primeras calles, algo que fue incrementándose a medida del avance de la jornada y la llegada a la zona más céntrica del recorrido.
El itinerario tuvo que variarse sobre la marcha por unas obras que se están acometiendo en la Plaza del Rey y que ni ayuntamiento ni Consejo de hermandades habían advertido a la corporación letífica. Sin duda los puntos más álgidos de la procesión llegaron con el paso por la Plaza y calle de San José con el saludo a la Hermandad de los Desamparados y el paso por la Alameda Moreno de Guerra antes de la recogida.
Los tiempos, calculados al milímetro, han de estipularse según las necesidades del Trambahía ya que esta procesión cruza hasta en cuatro ocasiones la calle Real. Algo que encorseta en algunos momentos el discurrir del cortejo.
La cuadrilla de hermanos cargadores, con Javier Padillo como capataz, volvió a destacar en esta jornada en la que estuvo a igual nivel las marchas interpretadas por la Banda de Música del Nazareno tras el paso.
Sin duda esta procesión de Santa Elena se consolida en el calendario y adquiere una identidad propia con el paso de los años.

