Novena a la Virgen del Carmen (y IX): La antesala del día de la Patrona
Último día de la Solemne Novena. Aquí acaba esta serie de nueve crónicas que hemos ido publicando tras la finalización cada jornada de un día más de oración ante la Santísima Virgen del Carmen.
Una Novena especial, distinta, pero con el mismo saber de siempre. Con las personas que se reúnen cada día. Con el encendido de las velas del altar veinte minutos antes. Con el Santo Rosario, el ejercicio de la Novena, las peticiones, la acción de gracias y los vivas a la Virgen.
Y es que el coronavirus podrá quitarnos muchas cosas pero no ha podido con una muestra más de fe inquebrantable a la manera más isleña: la Novena a la Virgen del Carmen. Aquí no mandan las temperaturas ni los vientos, ni los días de playa, ni los conciertos, ni ferias que valgan o no valgan. Aquí cuando llega julio se llenan los bancos -con distancia de seguridad- y La Isla se cita cada tarde bajo las blancas paredes del templo conventual.
Y así ha sido. Con una profundidad en la homilía pero cercanía a la vez. Contemplando a la Santísima Virgen desde diferentes perfiles, desde distintos ángulos, pero siempre finalizando de frente ante la Patrona.
Aquí acaba la Novena y comienza todo lo que viene después. Felicitación, Función y este año sin procesión pero con un acto que quiere también llevar por unos minutos esa alegría que sienten los cañaíllas al ver a la Madre del Carmelo cuando pasa por sus calles.
Aquí acaba la Novena pero empieza el resto. En unas horas felicitaremos a la Virgen que es como felicitar a La Isla entera. En unas horas es 16 de julio. (ISLAPASIÓN).