Editorial

Ni están ni se les espera

El Arzobispo de Sevilla, Monseñor Asenjo, mientras pide al Papa Francisco que le otorgue su merecida jubilación y cesar como cabeza visible de la iglesia sevillana, emite el ya anunciado -parecía que llegaría incluso algunos días antes- comunicado de suspensión de las salidas procesionales en la Semana Santa de 2021 y todo culto externo.

Un decreto que es la culminación de una serie de tomas de contacto por parte de Don Juan José con los Consejos de hermandades de la Archidiócesis de Sevilla mediante los cargos que para ello tiene la iglesia para estos menesteres.

Sevilla, es la madre y maestra. Siempre se ha dicho, y por algo debe serlo. Podríamos discutir si el momento es el más o menos propicio para tomar esta decisión. Si quince, veinte o cuarenta días más tarde se podría tomar otra decisión o algo diferenciada. Podría ser. Pero vamos a los procedimientos.

Y es que los cofrades sevillanos -Sevilla y el resto de los arciprestazgos que están al amparo de Don Juan José- se han visto mirados por igual. Todos han sido informados al unísono, todos respaldados en un comunicado.

Tos por igual, valientes. Que las cosas descompensadas, como en los pasos, al final salen mal, y traen cuadrillas de regreso maltrechas.

No todo en Sevilla es bueno, ni se pretende. Pero en esta acción, al igual que en la pasada Semana Santa, la Archidiócesis de Sevilla lo ha clavado. Como deben hacerse las cosas. Como un padre trata a sus hijos, que aunque distintos en sus formas de ser y habilidades o necesidades, los trata con la misma vara de medir que no es otra que la de padre cercano y atento, y justo.

Y lo hicieron igual -en 2020- otras tantas de las que componen nuestra Andalucía. Todas en un comunicado rubricado por su cabeza visible, su pastor, suspendieron las salidas procesionales en los municipios que están bajo su jurisdicción. Jaén, Córdoba, Huelva,… y así seguiríamos nombrando las distintas diócesis que componen nuestra Andalucía.

Pero al igual que toda la Galia no era ocupada por los romanos, también en nuestra Andalucía existe un reducto, como aquella aldea poblada de irreductibles galos en Astérix y Obélix que parece marcar los tiempos, digamos que distintos.

En la Diócesis de Cádiz y Ceuta en el año 2020 por parte del Secretariado Diocesano se instó a los Consejos locales de hermandades y cofradías a que rezaran para encontrar la respuesta a la suspensión o no de las salidas procesionales, que ellos no se mojaban. Bueno a todos no, que a Cádiz capital si salió el Obispado con un comunicado conjunto para comunicar esta suspensión. Suponemos que en Cádiz capital es que no hará falta rezar tanto. En los pueblos somos más pecadores. Y tontos.

Se hizo mal, muy mal, aquella vez, pero parece que no se aprendió la lección desde entonces. Llegamos a los últimos días del 2020 y sobre la mesa la suspensión de la Semana Santa de 2021. Y mientras que en Sevilla su pastor diocesano congrega a sus filiales hijos -los Consejos de la Archidiócesis-, plantea las opciones y de forma conjunta se toman soluciones, en Cádiz se espera a una reunión del día 13. O eso es lo que han comentado.

¿Una reunión del Obispado mediante el Secretariado con los Consejos locales? ¡No! Una reunión de los presidentes de los consejos de las ocho capitales de Andalucía y Jerez con la Junta de Andalucía. El G-9 le llaman.

¿El G-9? Pero… ¿Eso es un órgano de la Iglesia? ¿Es la representación que han decidido los Obispos del Sur para tratar este tema? ¿Quién ha dicho que son 9 y no 4? ¿O 16? ¿Qué validez y representatividad tienen? ¿Habla el Consejo de hermandades de Sevilla en boca de su Archidiócesis? ¿El de Cádiz de la nuestra? ¿O Málaga? Y así uno por uno hasta el noveno.

Es decir que las decisiones y tiempos los toman unos señores que tiene voz y voto sobre las actuaciones de sus Consejos en sus respectivas ciudades pero ¿también en sus Diócesis? ¿Qué legitimidad les ampara?

Bueno ¿Y en el Obispado de Cádiz que dicen además de esperar? Nada. Ni están ni se les espera. Que para decidir cuando se saca una extraordinaria o no, eso sí. Cuando aprobar o no un proyecto importante, eso también. O una Coronación. O dar un título o no si son amigos o no lo son. Pero para reunir a los Consejos que conforman la Diócesis, tomar medidas conjuntas y sacar un comunicado en común, para eso mejor les mandamos a rezar. Que falta les hace.

Y mientras que buena parte de los presidentes de los Consejos locales de la Diócesis claman por ser tratados con justicia, unidad y cercanía, y mientras que nadie les responde alguno intenta de nuevo apuntarse un tanto, salir el primero en la foto, el titular, y no sé que cosa más ganar. Ah sí, también hablar en nombre del Obispado, decir lo que se va a hacer y lo que van a hacer el resto de los Consejos locales. ¿Ahora el Obispado habla en boca de un Consejo concreto? ¿No tiene los medios apropiados para hacerlo? ¿De nuevo una y el resto?

En definitiva una Semana Santa de 2021 que no tendrá procesiones -¿alguien piensa lo contrario?, pero que dejará de nuevo enmarcada una total falta de gestión ante situaciones de crisis de nuestro Obispado de Cádiz y especialmente de su Secretariado Diocesano de hermandades y cofradías.

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