La Virgen del Carmen recuperó su procesión y un vendaval de fe por las calles de La Isla
Nadie puede discutir que los epicentros devocionales de la fe según San Fernando son dos: Nazareno y Carmen. Uno es el referente pasionista y el otro el letífico. Por encima de títulos o consideraciones. Y así se demuestra incluso después del letargo de dos años ausentes sin los mismos por las calles. Pasó en la madrugada del Viernes Santo y ocurrió ayer en la jornada del 16 de julio, el día grande de la ciudad por antonomasia.
Y esta situación está muy por encima de muchas cosas. Y ayer se volvió a demostrar tras el parón por los dos años de pandemia. Minutos antes de las ocho de la tarde en el interior del templo conventual de la Patrona se organizaba la procesión. Algunas hermandades quisieron acompañar a la Patrona, en un punto que se intenta revitalizar con la nueva Junta de Gobierno así como la participación en la Novena. Aún así faltan muchas hermandades. Además de ellas, el Consejo, las salineras del 2022, el Ayuntamiento -este año preelectoral si asistió la alcaldesa Patricia Cavada- y una representación mínima de la Armada española, reducida a un teniente enfermero militar.
Con estos mimbres y una recién nombrada Junta de Gobierno, un incondicional grupo de la juventud carmelitana, y lo más importante, la devoción mariana más incondicional de nuestra ciudad, se ponía el cortejo en la calle minutos después de las ocho de la tarde. Una salida que comenzaba desde el interior del templo en el que el pregonero de la Semana Santa, José Luis Cordero Baro, leyó el romance de José María Pemán ‘Cargadores de La Isla’ dedicado a la misma tarde del 16 de julio. Mientras resonaban en los muros del templo estos versos en el exterior la Banda de Música de Agripino Lozano interpretaba la marcha ‘Pasión, sal y azahar’ de Sergio Flor.
El tiempo era quizás el punto que generaba más dudas en los días anteriores a la procesión. Las altas temperaturas -que fueron algo más suaves finalmente- y la presencia del viento de levante -con rachas menores a las de los días de la Novena- propiciaron que se pudiera disfrutar muy cómodamente de una procesión que evidentemente sale en el mes de julio. Eso no se puede cambiar. El viento solo afectó en la retirada minutos después de salir el cortejo del Simpecado de la hermandad ya que es un atributo muy pesado y que con las rachas de viento en las esquinas donde combatía más el levante se hacía dificultoso de sostener.
El público era otro de los factores que quedaba en duda. Pero La Isla vuelve a volcarse siempre con la Patrona. Y eso que este año no existía el éxodo de quien va a aprovechar la jornada en la playa pero sí se nota quien antes de ir a la feria se pasa para ver un momento a la Santísima Virgen. El recorrido no deja huecos sin fieles y tiene en la calle Carmen el centro neurálgico y también la mayor presencia de fieles.
El recorrido por la calle Real, de ida hacia la Alameda, es por así decirlo el oficial. Se mantienen las representaciones y en la carga se evita cualquier uso de otros formatos que no sea andar y andar y andar. El cortejo fue con un ritmo certero aunque llegó al final de este tramo con algunos minutos de retraso y prueba de ello fueron las demasiadas trepás a tambor. En este recorrido por Real destacó el homenaje póstuo a José Ribera Tordera, recientemente fallecido, con la levantá de su hijo Jesús Ribera antes de llegar al Colegio de la Compañía de María y la posterior interpretación de la marcha ‘La Piedad’ del recordado autor por la Banda de Música del Maestro Agripino Lozano de la que fue director.
Tras la llamada al paso de la alcaldesa Patricia Cavada el cortejo volvió por Losada y la Alameda Moreno de Guerra a la segunda parte del recorrido, el oficioso. La hermandad busca su barrio de vuelta y esto se nota bajo los palos -como los pasos atrás en la calle Lope de Vega- o las marchas a interpretar. También se nota en la falta de luminosidad que tiene la Santísima Virgen que solo con los puntos de luz de las esquinas, tan bajos, dejan a la Virgen con una visión bastante ennegrecida. Seguro que trabajarán pronto para que esto no se repita.
Todo busca la confluencia de Santa Gertrudis con la calle Carmen. Que es el momento que se ansía todo el año y del que se hablará en tertulias en la Alameda del Carmen durante los próximos 364 días.
Destacar algunas marchas interpretadas tras la Virgen. No hace falta inventar nada, está todo inventado. Y cuando suena ‘La Estrella Sublime’ por ejemplo o clásicos con cornetas el paso incluso anda mejor así como con las marchas de La Isla. Sobran marchas del tipo ‘XXV aniversario Encarnación’ o ‘A la Tierra de tus amores’ que no están a la altura de la procesión que la hermandad del Carmen pone en la calle, y que se quieren meter con calzador.
Bajo los palos nuevamente la cuadrilla de José González García que sufrió las altas temperaturas desde la salida y que volvió a tener la dicha un año más de ser los privilegiados que portan a la Patrona isleña.
En lo restante el paso por la calle Carmen con las petaladas es sin lugar a dudas el recuerdo con el que quedarse. Las alfombras de sal que los jóvenes prepararon durante la mañana y las vecinas del barrio, las que le hablan de tu a tu a la Patrona, es sin lugar a dudas el claro ejemplo que todo lo que indicábamos al inicio se hace realidad también durante la procesión del 16 de julio.