La Isla se postra ante la Virgen del Carmen en el día de su festividad
Hoy La Isla está de fiesta. Hoy es 16 de julio. Y pasadas las diez de la mañana ya los bancos de la Iglesia conventual del Carmen se llenaban de fieles que querían acompañar a la Patrona en la Solemne Función en su honor en el día de su festividad.
Autoridades civiles -sin la presencia de la alcadesa Patricia Cavada-, militares -a cargo del General Comandante del Tercio de Armada Rafael Roldán Tudela-, cofrades -con el Consejo de hermandades y distintas representaciones de corporaciones penitenciales y letíficas- y hermanos, muchos hermanos y devotos que han llenado los bancos del templo carmelitano hasta llegar a tener que tener colas en el exterior del templo debido a que no se podía, si accedían estas personas, garantizar las medidas de seguridad y distanciamiento social para evitar el contagio por coronavirus.
Una celebración religiosa que ha estado presidida por el predicador de la Novena, Fray David María Alarcón Losa, acompañado del Prior del convento carmelita, fray Serafín Galindo López, el hasta hace unas semanas párroco de la de la Oliva de nuestra ciudad, el Rvdo. P. David Gutiérrez Domínguez y el fray Eduardo Escalona de la comunidad carmelita de nuestra ciudad.
Una celebración religiosa acompañada musicalmente por el cuarteto Jubilate Deo que ha interpretado entre otras Tollite Hostias de C. Saint-Saëns en la procesión de entrada, el Kyrie y el Gloria de A. Diericx) y piezas tan especiales para la ocasión como el Flos Carmeli una pieza anónima gregoriana con una letra relativa a la devoción a la Santísima Virgen del Carmen.
En su homilía fray David María Alarcón ha querido hacer un compendio de lo desarrollado en estos días de Novena durante su predicación culminando con dos gestos muy significativos. Tras finalizar su intervención desde el ambón bajo a la altura de la Santísima Virgen para encender una vela, una vela por aquellas personas fallecidas durante los últimos meses a causa de la pandemia y una vela de oración por ellos y por los fieles difuntos.
A diferencia del resto de días de la Novena el fraile carmelita quiso culminar frente a la Virgen pero, en esta ocasión, arrodillado a sus plantas, para dar gracias y pedir a la Santísima Virgen por sus hijos.
Con el canto de la Salve marinera y los últimos vivas a la Virgen por parte del predicador finalizaba una Solemne Función que daba paso a unas horas de visita a la Virgen con colas de fieles que esperaban fuera del templo carmelitano.
Acabó la mañana del 16 de julio a la espera del acto de veneración que se llevará a cabo a partir de las siete de la tarde como broche final a este singular 16 de julio. (ISLAPASIÓN).