Jesús Posada y Mariano Domínguez llevaron a la Vera-Cruz a su altar de Besapiés
Como cada previa de Domingo de Pasión el pregonero de la Semana Santa recibe en sus manos un regalo de más de dos siglos de historia. Y se lo hace la Hermandad de la Vera-Cruz dejando que sus manos sostengan el frágil cuerpo del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz en su traslado al altar de Besapiés.
En este año el afortunado fue Jesús Posada López que no compartió esta dicha con el pregonero de la Cruz -Jesús Devesa- que no asistió al acto pero si con alguien que recibió también otro regalo, en este caso por parte de sus hermanos, Mariano Domínguez Morillo. Quien en la útima década ha sido el Hermano Mayor de la corporación del Miércoles Santo recibía esta sorpresa en el justo momento de ser nombrado para esta tarea. Emocionado, Domínguez Morillo accedió.
Tras el citado traslado, que dura tan solo unos segundos, fue el hermano crucero y anterior capataz de este paso con la cuadrilla del Nazareno, José Llerena Baizán, el encargado este año de realizar la exaltación a la Santísima Virgen del Mayor Dolor.
Con una reflexión del director espiritual de la hermandad finalizaba este acto íntimo abierto a los cofrades de La Isla desde hace unos años.
