El Corpus más completo retoma imágenes centenarias con motivo del Año de la Eucaristía
La Solemnidad del Corpus Christi se celebró en San Fernando el pasado domingo como culminación de una programación que este año ha estado marcada por la celebración del Año de la Eucaristía promovido por el Obispado de Cádiz y Ceuta.
Una jornada que comenzaba con el montaje de alfombras y altares por las calles que recorrería la procesión, que este año bajó en número debido al fuerte viento de levante que imperó durante toda la jornada. También durante la mañana del domingo de Corpus la Banda de Música de San José Artesano anunció la celebración de la tarde con sus sones en una diana floreada.
Una mañana de calor y levante que siguió con una tarde que se iniciaba antes que en años anteriores. Y es que desde las cinco de la tarde la Divina Pastora de las Almas Coronada se trasladó hasta las inmediaciones de la Iglesia Mayor para participar de la procesión eucarística.
Minutos antes de llegar la Divina Pastora al callejón Capataz Nicolás Carrillo en el interior del primer templo de la ciudad comenzaba la Solemne Función eucarística. Una celebración presidida por el Arcipreste de la ciudad, el Rvdo. P. Gonzalo Núñez del Castillo, que en su homilía quiso agradecer a la Comisión Pro Corpus Christi el trabajo realizado así como bromeó con la coincidencia de la final de la Champions League con el concierto de la Agrupación Lágrimas de Dolores el pasado sábado.
El acompañamiento musical corrió a cargo de la Coral Logar de la Puente que acompañaría también a Su Divina Majestad en la procesión por las calles de La Isla.
Momentos después de distrubución de la Sagrada Comunión el cortejo del Corpus, el más completo y extenso que se recuerda en las últimas décadas -especialmente en Sagradas Imágenes- comenzó a discurrir por el tradicional recorrido. Las incorporaciones del Arcángel San Miguel y la Divina Pastora obligaron a reestructurar el citado cortejo, con bloques distintos dentro de las hermandades penitenciales no sacramentales, conformado por tanto por cinco pasos: San Miguel, San José, Divina Pastora, Carmen y el paso de la Custodia.
El ritmo de la procesión, quizás algo más lento de lo esperable, hacía poder ver durante una hora en cualquier punto del recorrido desde la cruz que abría el mismo hasta la Banda de Música del Tercio del Sur (TESUR) que ponía el cierre. El cortejo, como cada año, tuvo una amplia representación del espectro cofrade que son quienes, a la postre, dan realce a esta solemnidad ya que son quienes acuden a los actos programados, quienes hacen el cortejo de la procesión o participan de la Solemne Función y en definitiva quienes se preocupan por engalanar las calles con altares y alfombras. El Corpus, sigue siendo de los cofrades por incomparecencia de otros grupos de la propia iglesia local.
Aún así un cortejo tan amplio tiene siempre unas dificultades organizativas -muy acertadamente resueltas- que de ninguna manera restaron vistosidad y elegancia al mismo, un trabajo coordinado que supo poner en la calle una procesión del Corpus como las que recuerdan las fotografías en blanco y negro con la participación de la Divina Pastora, hace ahora cien años. Esta dificultad en imponer un ritmo más constante al cortejo hace pensar la dificultad de añadir otras formaciones musicales al cortejo además de Lágrimas de Dolores que lo abre y la del TESUR que lo cierra.
La procesión logró ofrecer estampas inéditas como la Copatrona isleña por la Alameda Moreno de Guerra o la sucesión de pasos en la calle Real de regreso en estampas que fueron inmortalizadas y vividas por muchos isleños que completaron las calles. El viento de levante no restó grandiosidad a la procesión del Corpus, un año más.
La procesión finalizó con la llegada de los distintos pasos y el cortejo a la Iglesia Mayor realizándose la bendición con Su Divina Majestad desde un altar instalado en un lateral de la fachada de la Iglesia Mayor bajo los Copatronos isleños, San Servando y San Germán de la Hermandad de San José. Una de las novedades de este Corpus llegaba con la ubicación de los estandartes de las hermandades al llegar a la Iglesia Mayor, para ello se instaló una tribuna junto al edificio de Telefónica, lugar poco recomendable para seguir los últimos instantes de la celebración debido no solo a la distancia sino los elementos que restaban visibilidad a los cofrades allí congregados. A diferencia de ellos las autoridades -especialmente la corporación municipal- si siguió el final de esta celebración con la bendición con Su Divina Majestad y retirada de la tropa en una ubicación más acorde junto a la Divina Pastora que esperaba su traslado de regreso.
En el ámbito de las representaciones destacar el número reducido, cada año más, de la representación militar así como de los sacerdotes del Arciprestazgo isleño.
Un Corpus para la historia que abre la duda de repertir algunas de estas estampas en el futuro algo que deberá ser analizado, queda todo un año por delante para organizar una nueva Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.