Ya es 6 de julio, hace tan solo unas horas en la Castrense se daba lectura del decreto con el que nuestro Obispo diocesano nos alienta a participar el próximo 25 de octubre de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza.
De fondo, resuenan en la televisión las marchas, es la Virgen del Rocío en Sevilla que vuelve a la calle Santiago, a su templo, tras ser coronada en la mañana de este sábado en la catedral hispalense.
Dos realidades, tan iguales y tan sumamente distintas. Y es que una Coronación tiene un mismo sentido, sea donde sea, la de realzar su realeza espiritual, la de la Santísima Virgen. Eso no varía, ni variará, ya que es el fondo de la cuestión. El resto son las formas, las maneras, y los tiempos.
Y es que sin duda lo más llamativo del anuncio de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza son los tiempos, concretamente los 112 días que restan hasta la jornada de la Coronación Canónica.
Y volvemos a la televisión, a lo que están viviendo los hermanos de la Redención de Sevilla, el culmen de muchos meses de trabajo e ilusiones, de preparativos, de momentos vividos en actos o en la casa de hermandad, que hoy se culminan entre marchas, piteros y cantes por las calles.
Y es que muchos de estos momentos el tiempo los robará a los hermanos de la Expiración que asumen que a partir de hoy un día que pasa, es un día que no volverá a suceder. Ya no habrá de nuevo lectura del decreto, ya pasó, ni el día antes de esa lectura, y cuando acabe hoy, tampoco el día después. Y así, un día tras otro.
Y seguimos en la televisión y la Virgen del Rocío regresa a su templo entre bengalas por la calle Laraña en una noche metida ya en la madrugada y cuando se den cuenta, todo habrá terminado.
Y por eso, porque faltan 112 días para la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza vivamos las vísperas, o lo que podamos de ellas. Como dijo mi amigo Arturo Rivera hace unos días en la entrega de los premios del Corpus, “las grandes celebraciones hay que saberlas esperar, y hay que presentirlas para luego sentirlas, y necesitan su espacio”.
Que el poco espacio que nos queda para el 25 de octubre no nos quite ni un ápice de todo esto que está por vivir. De nuevo una Coronación Canónica en La Isla. De nuevo un día grande de María Santísima.