Tras participar el pasado viernes en la Bendición del Mar del Arsenal de la Carraca, y su posterior traslado a la Parroquia de la Sagrada Familia, la Hermandad de San José tenía previsto para este domingo de Corpus una procesión extraordinaria desde el templo del barrio de la Bazán hasta su templo, para participar en la tarde en la procesión del Corpus.
Una extraordinaria que se inició tras la eucaristía de diez de la mañana, y tras recibir algunos obsequios la hermandad patronal por parte de la Hermandad del Rocío de la mano de su Hermano Mayor, Moisés Posada López, realizando de esta manera la despedida sobre la comunidad parroquial.
Eran minutos antes de las once de la mañana cuando el cortejo, pequeño, y formado principalmente por las representaciones de las hermandades de la Sagrada Familia, comenzaba el recorrido marcado ante una Plaza de la Sagrada Familia en la que eran solo un par de decenas de cofrades los que esperaban la salida del Santo Patrón junto a cargadores del paso que no hacían la salida.
Desde el primer momento con la interpretación de la banda sonora adaptada de ‘La Misión’ por parte de la Agrupación Musical Lágrimas de Dolores se vaticinó cual sería el gran atractivo de la jornada, y es que esta formación que venía el día anterior de dar todo un despligue de su música en la jornada de puertas abiertas por su 35 aniversario, dejó a las claras el nivel en el que se encuentra la formación, su respuesta incluso ante una jornada complicada en lo climatológico y el nivel interpretativo con un repertorio de marchas clásicas y propias que roza una perfección dificilmente alcanzable.
Fueron quizás tres las notas predominantes en esta extraordinaria: la falta de público, el gran nivel de Lágrimas de Dolores y el andar de la cuadrilla de cargadores.
En el primero de ellos la hermandad se acoge a que la decisión de realizar esta extraordinaria en la mañana del domingo, con esta alta probabilidad de tener temperaturas elevadas, es debido a una imposición por parte del Consejo de hermandades y la Comisión Pro Corpus Christi -encabezada por el Rvdo. P. Gonzalo Núñez del Castillo- que negó a la hermandad la opción de la tarde del sábado por interferir con las puertas abiertas de Lágrimas de Dolores, acto que se circunscribía dentro de la programación del Corpus Christi. Aún con todos estos condicionantes el público fluctuó, siendo poco, con momentos en los que aumentaba según zonas.
Lo de Lágrimas de Dolores evidentemente poco más que decir. Algunos eran los que defendieron no ahora, sino hace más de diez años, la idoneidad de una agrupación musical tras San José. Ayer se demostró lo oportuno de este acompañamiento siempre y cuando sea con la calidad y repertorio que Lágrimas de Dolores interpretó tras el Patrón de La Isla.
Y el último de los apuntes el de la cuadrilla de cargadores que comanda Manuel Ruiz Gené. Fueron muchos los comentarios negativos a la misma, por la adopción del doble paso en todo el recorrido, algo que, en un sector cofrade de la ciudad, se ve de manera negativa y como atentado al estilo de carga propio de la ciudad. Lo que si quedó claro el enorme esfuerzo de una cuadrilla que también sufrió con la climatología y que llegó sin mermas a la Iglesia Mayor.
Entre los momentos de la procesión sin duda el paso por el monumento al Sagrado Corazón de Jesús junto al Paseo General Lobo, la visita a la Capilla de la Vera-Cruz y la Parroquia del Santo Cristo o la bajada de las calles Maestro Portela -Ancha- y Colón con petalada incluída.
Una extraordinaria a la que le sobró calor, le faltó gente y que llenó Lágrimas de Dolores. Lo que ocurrió tras las puertas de la Iglesia Mayor no se lo podemos contar, ya que prohibieron el acceso incluso a hermanos de la corporación.

