Balance de la Semana Santa de 2021: La que nunca olvidaremos
Se acabó, finalizó la Semana Santa de 2021 y con ella unos días extraños, raros, pero que nunca olvidaremos. Una Semana Santa ad intra, en los templos, de puertas para dentro, de cultos, Vía-Crucis, horas santas y algunos otros formatos. Y de altares extraordinarios.
Los altares
Y es que el comunicado del Arciprestazgo -la reunión de todos los sacerdotes- ha quedado en papel mojado. Ha sido sin duda la gran reflexión de esta Semana Santa. El «no se autoriza» a los altares extraordinarios al final quedó en un se autoriza según lo que cada uno piense en su casa. Y visto lo visto no salen las cuentas de las votaciones entre los sacerdotes. Si todos los templos menos dos han dejado montar lo que se ha querido, aquí algunas sumas salen restas.
Si la idea del Consejo hubiera sido aceptada se hubieran tenido los altares más días montados, se hubiera podido controlar el acceso a los templos de manera reglada con Policía local y Protección Civil, se hubiera minimizado el impacto de fieles en días concretos en algunos templos puesto que hubiera podido dosificarse esa visita y además se hubiera podido realizar una labor catequética conjunta de todas las hermandades y cofradías. No quisieron, pero luego cada uno hizo lo que quiso en su casa. Ya luego vendrán pidiendo formación.
Con todo lo ocurrido los sacerdotes y sus comunicados quedan totalmente desacreditados. No solo los del Arciprestazgo isleño, también la Diócesis. En San Fernando no, pero en Algeciras sí. Por poner un ejemplo en la misma Diócesis.
Y el Ayuntamiento que no ha movido un dedo para hacer nada, simplemente poner unas referencias en redes sociales (con muchos fallos) y usar las hermandades para un book personal de la Alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, y aquí abajo les dejamos un ejemplo.
El Consejo igualmente tras la negativa del Arciprestazgo veló armas y se acogió a presentar uno de los mejores estrenos de la Cuaresma, el catálogo Insula Fidei. Pero poco más.
Aún así los que pudieron realizaron trabajos impecables. En la Ardila en tres horas pasaron de no tener nada a montar lo que montaron. Lo de la Vera-Cruz es oro molido. Y así podíamos seguir. Trabajando mucho para intentar que el día de la salida no pase por debajo de la puerta. Aún con todos los condicionantes en contra.
Ha existido mucha verdad en todos estos días, mucha verdad de quien con todas las contrariedades se ha superado y le ha puesto ganas. Y mucha verdad en quienes han ido visitando templos y participando en los actos. Las veneras han pesado en el pecho más que nunca.
También llama la atención quien públicamente denostó la idea planteada por el Consejo -unanimidad de todas las hermandades- y semanas después se quejaba de que no se habían montado mejores altares. Hace falta ser coherentes siempre y más si se habla en público.
Pero no solo existen elementos negativos entre los sacerdotes, también entre los mismos cofrades. Anunciadas y voceadas son las puñaladas en Cristo y María de algunas hermandades sobre otras. En la Iglesia Mayor saben mucho de eso y de un Judas soplón por el que han pagado las demás. Todo por intentar ganar favores, como se ganan en Cádiz mediante otras mañas, que como dice el refranero español ‘de todo hay en la Viña del Señor’.
Las colas, los aforos
Hasta hace dos años aquello de «acceso libre hasta completar aforo» nos sonaba un poco lejano. Solo la presentación del itinerario de La Venera, los DVD´s de Banian y pare usted de contar lo tenían que llevar a la práctica. Pero esta pandemia nos ha cambiado los aforos, la terminología a expresar y los actos.
Hubo colas, y de bastante envergadura, y en algunos templos. De Domingo de Ramos a Viernes Santo. Y esto controlado por personas de las propias hermandades asumiendo unas labores que no les toca, pero que lo hicieron de maravilla.
Los cofrades han estado a la altura, reinventándose. Asumiendo cosas que a veces no les compete, pero nada más versátil que un cofrade por hacer grande a su hermandad. Ole por vosotros que os lo habéis currado.
Los actos
Decíamos que hemos tenido de todo. Desde tradicionales Vía-Crucis -que se rezan en muchas hermandades cuando se suspende la salida-, meditaciones de todo tipo, horas santas en diferentes versiones, y un Sermón de la Soledad con el que casi termina el Viernes o el Sábado Santo (con cariño).
Momentos emotivos. Momentos bonitos. Cercanía, presencia de quienes igual durante meses no han podido estar. Eso era todo esto. Poder celebrar los días grandes de la Semana Santa, los de cada cofradía y que en la medida de lo posible sus hermanos participaran.
El futuro
No sabemos si habrá o no Semana Santa de 2022 como la teníamos hasta 2019. No sabremos que pasará con las Glorias -de momento el Pregón suspendido- pero parece que aún quedarán bastantes meses para retomar esa normalidad que nos negamos a perder para siempre.
Sea como fuere intentaremos estar para contarles otro año más como se vive en nuestras hermandades y cofradías.