El Año Jubilar promovido por el fallecido Papa Francisco tuvo ayer en San Fernando uno de los días claves dentro de la programación promovida por el Arciprestazgo de San Fernando a través del Consejo local de hermandades y cofradías.
Un Pontifical que daba comienzo a las ocho de la tarde en la Parroquia Vaticana y Castrense y que tenía, flanqueando al presbiterio, a las dos imágenes con la advocación de la Esperanza que son Titulares de hermandades de La Isla: A la izquierda junto a la bandera de España la Virgen de la Esperanza de la Hermandad de la Expiración y a la derecha, junto a la bandera Castrense a media asta, la Virgen de Gracia y Esperanza Coronada de la Hermandad del Huerto.
En el momento del inicio de la eucaristía el templo, con cerca de 400 personas de aforo, se encontraba totalmente lleno de fieles, entre ellos las representaciones de las distintas hermandades y cofradías, hermanos de Huerto y Expiración, autoridades y fieles que no quisieeron perderse esta celebración.
La celebración religiosa estuvo oficiada por el Obispo de Cádiz, Monseñor Rafael Zornoza, quien estuvo acompañado de otros sacerdotes del arciprestazgo, destacando la ausencia de buena parte de los mismos, quizás por la coincidencia de la eucaristía dominical vespertina en algunos de los templos. Aún así, los sacerdotes en San Fernando vuelven a demostrar estar alejados de sus hermandades, en actos como el celebrado ayer su ausencia da mucha información.
Fue llamativo también la falta de previsión por parte de la organización del acto de la presencia de los medios de comunicación, relegados en este acto a un pasillo central que dificultó posteriormente la participación de los fieles en la celebración, especialmente en el momento de la comunión.
La Esperanza no defrauda es el hilo conductor de este Año Jubilar. Lo que si defraudó fue la homilía del Obispo Diocesano. Casi como una homilía más de cualquier sacerdote en un pueblo cualquiera de España en una mañana o tarde de domingo. Análisis de las lecturas y poco más. Ni una sola referencia a la Esperanza, no ya como las imágenes que flanqueaban el presbiterio sino como virtud teologal siquiera. Las faltas de referencias a la Santísima Virgen hacen que pensar también en si fueron premeditadas en su plática, o simplemente azarosas.
El resto de la celebración se llevó a cabo en la normalidad de estas celebraciones, contando con el acompañamiento musical del Coro San Juan de la Cruz. Antes de finalizar la celebración se entregaron distintos recuerdos de la jornada, por parte de la Parroquia Castrense al Obispo y por parte de la Hermandad del Huerto tanto a la parroquia como a la Hermandad de la Expiración.
No hubo anuncio alguno, aunque muchos lo esperaban. La Esperanza es eso, esperar en una firme expectativa y anhelo de recibir las promesas de Dios, cuando Dios quiera.
