Saetas, marchas y un barrio volcado a Gran Poder y Amor
El Miércoles Santo es un día marcado en rojo en el barrio de la Bazán. Los que viven y los que vivieron. Aquellos que se reconocen por números que son los de los bloques en los que se distribuye este barrio. Y en cada uno de esos bloques al menos una familia de la hermandad, o incluso todas.
Y una jornada por y para la veneración de sus Titulares. Y es que venerar se puede hacer de muchas formas y es la manera en la que lo entendieron los cofrades del Gran Poder. Venerar es agradecer, como esa vela de lágrimas de vida que se encendía por la mañana. Venerar se hace también con el cante desgarrador de saetas. Y también se puede venerar interpretando un instrumento y haciendo de las marchas la banda sonora para que otros recen.
Y todo eso tuvo la jornada del Miércoles Santo en la Bazán junto a los Titulares de la Hermandad del Gran Poder. Las marchas de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme de Dos Hermanas y la Banda de Música de la Hermandad del Nazareno, las dos formaciones que debían acompañar este año a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y la Virgen del Amor.
El cante de saetas. La poesía de Juan Pedro García López junto a las notas de ‘Poder y Amor’ y muchas, muchas velas, muchos ramos de flores, mucho que agradecer. Mucho por lo que pedir. Y así fue la interminable cola de hermanos, fieles y devotos. Y así se vivió el Miércoles Santo en el Gran Poder.