La Capilla de la Asunción luce con todo su esplendor en la Catedral de Cádiz
En mañana de hoy, jueves 11 de enero, el deán de la Catedral de Cádiz, P. Ricardo Jiménez Merlo, junto al Ecónomo del Cabildo Catedral de Cádiz, P. Francisco Granado Díaz; el restaurador, Fabián Pérez; y los arquitectos, Venancio González y Francisco José Ladrón de Guevara, han presentado la finalización de los trabajos de restauración que se han llevado a cabo en la Capilla de la Asunción.
Entre los meses de julio y diciembre de 2023, el Cabildo de la Catedral de Cádiz ha acometido los trabajos de restauración en la capilla de la Asunción del templo catedralicio. Estos trabajos han contado con la dirección facultativa de los arquitectos Venancio González, Francisco Ladrón de Guevara, Gonzalo González y José Ramón Pérez, de La Consulta Arquitectos y Arquitectura de Guardia, así como con la dirección de restauración de Fabián Pérez, de Ars Nova Restauraciones S.L., siendo encargada la ejecución de los trabajos a la empresa Canteros Almenara S.L. En esta actuación se ha intervenido tanto en la arquitectura de la capilla, su bóveda, amplia cornisa, cuerpo de columnas, zócalo polícromo y solería, así como en su retablo e imagen titular de la Virgen de la Asunción.
El deán de la Catedral de Cádiz, P. Ricardo Jiménez, ha asegurado durante esta presentación que “el Cabildo continúa, una vez más, con el deseo de la puesta en valor de todo el patrimonio de nuestra Catedral. Un edificio emblemático que merece ese esfuerzo que el Cabildo está realizando. Como muestra de ello, presentamos la restauración de la Capilla de la Asunción. Un proyecto de restauración muy interesante y muy enriquecedor, en el que se ha hecho un gran trabajo, y del que nos sentimos muy orgullosos”.
Por otro lado, el deán ha recordado que esta restauración, que ha tenido un coste de casi 140.000 euros, ha sido financiada íntegramente por el Cabildo. Además, ha afirmado que, aunque los recursos son limitados, la intención del Cabildo es seguir llevando a cabo intervenciones que sigan poniendo en valor el primer templo de la diócesis. “Nuestra Catedral es un monumento del que los gaditanos debemos sentirnos orgullosos y cuidar de ella. Lo repito muchas veces porque los gaditanos muchas veces nos olvidamos de ello”.
Por su parte, los arquitectos y el restaurador han explicado detalladamente en qué han consistido los trabajos de restauración de esta capilla, que tiene la peculiaridad, respecto a las otras de la catedral, que fue la primera que se puso al culto en 1755, cuando aún continuaban los trabajos de construcción del nuevo templo catedralicio, el cual fue bendecido, finalmente, en 1838.
La Capilla de la Asunción fue la única que pudo ser acabada según el modelo barroco con el que fue concebida la Catedral Nueva. El dinamismo de su arquitectura, con curvas y contracurvas, entrantes y salientes, se acompaña de un retablo barroco de columnas salomónicas, de composición ascendente y fluida, realizado en mármoles de colores, donde se venera una imagen italiana, realizada en mármol blanco, de la Asunción de María.
En la capilla, tanto en su arquitectura como en su retablo, eran destacables las capas de suciedad, de polvo aéreo y de hollín graso, que se extendían por toda la superficie. Pero en la bóveda de la capilla y en su gran cornisa, realizadas en piedra caliza, habría que destacar pérdidas volumétricas que requirieron trabajos de reconstrucción con mortero de cal y arena con marmolina sobre un alma de varillas de acero inoxidable anclada a la piedra sana, previa consolidación de la misma.
En la piedra caliza de la bóveda y cornisa, se observaban eflorescencias de sales: eflorescencias blancas muy extendidas (básicamente halita procedente de sales de agua de mar) y otras eflorescencias sonrosadas asociada al uso de antiguos morteros de restauración. Estas muestras están siendo estudiadas y analizadas para realizar un diagnóstico de mayor espectro en relación al problema de conservación de las piedras de las bóvedas de la catedral de Cádiz. La presencia, en juntas de sillares, de intervenciones antiguas y deficientes por su material y aplicación, requirieron también su eliminación, las que posteriormente fueron rejuntadas con un mortero de cal y arena con marmolina.
El retablo es un elemento muy destacado en la capilla y ha sido objeto de una intervención específica dada su singularidad técnica respecto al resto de la arquitectura. Se trata de un retablo barroco, realizado en mármoles de colores, y presentaba importantes defectos de conservación donde destacadas piezas del mismo se mostraban, al iniciarse los trabajos, descolocadas, incluso con piezas desprendidas.
El retablo, construido en piezas de mármol, estaba fijado al muro de la capilla con agarraderas metálicas muy oxidadas, igualmente existían anclajes metálicos entre las piezas que componen el retablo que presentaban las mismas patologías.
Una vez colocado el andamio se observó que la afección que estaban causando los anclajes era de gran calado. Las lañas en su proceso de oxidación se encontraban aumentadas exponencialmente de dimensión sometiendo al conjunto a unas tensiones internas dislocando algunas de sus piezas, muy significativas en la línea de cornisa sobre el que se alza el ático. Por ello, fue necesario realizar trabajos de desmontaje del ático del retablo y de su línea de cornisa, para reubicar dichas piezas y asegurar su asiento, y para eliminar sus anclajes metálicos, de naturaleza férrica, y sustituirlos por otros de acero inoxidable que diera estabilidad al conjunto.
Finalizadas estas labores de desmontaje y montaje del ático, complejas por el peso y dimensiones de algunas de las piezas que han sido reubicadas, y que requirieron de un diseño específico en los andamios y de la proyección de un puente grúa adaptado para tal fin, se realizaron los trabajos de consolidación, limpieza y rejuntado de sillares del retablo. Si la presencia de suciedad era significativa en la arquitectura de la capilla, en el retablo era más determinante. Sin duda, dicho retablo era objeto de especial iluminación históricamente con lámparas de aceite y velas de cera, lo que determinó mayores cúmulos de suciedad grasa así como de otras intervenciones como la presencia de barnices que ocultaban las calidades cromáticas de los diferentes materiales que lo conforman (mármoles blancos, con incrustaciones de piedras de diferentes colores y de manera especial las columnas salomónicas, cuyos fustes monolíticos están realizados con unas piedras de grandes clastos marmóreos de diferentes colores).
Finalmente, los restauradores han destacado los trabajos realizados en el zócalo de la capilla y en la solería polícroma. Si bien el zócalo es un elemento constructivo muy presente en la catedral, la solería de la capilla es un elemento singular dentro del templo, pues, junto con el retablo, convierte esta capilla de la Asunción en el prototipo de capilla barroca al que debía aspirar Gaspar Cayón en su adaptación del proyecto original de la catedral. Esta solería es un rico puzle de piedras de diferentes colores con formas geométricas romboidales que mostraba pérdidas de elementos parcheadas con morteros o piezas de barro y capas de suciedad y pérdidas de junta. Estos defectos fueron subsanados durante los trabajos de restauración.
El zócalo es otro elemento singular dentro de la capilla por su naturaleza polícroma y las alteraciones que presentaba: capas de suciedad muy ennegrecidas procedentes de barnices de aceites envejecidos, capas de betunes para saturar el intenso negro de su mármol y la presencia de sales blanquecinas lo que le confería un aspecto sucio que tras finalizar la restauración han desaparecido, recuperando sus cualidades cromáticas.