En Cádiz gusta lo ilegal: La Virgen de Consolación recorrió el centro acompañada de mucho público
Si quieres que algo tenga atracción por parte del público en general solo debes hacer una cosa, prohibirla. Es una fórmula antiquísima que tiene ejemplos en distintos momentos de la historia, por ejemplo en las dictaduras. Es algo que se repite y que no es ajeno a ningún ámbito. Algo así pasó ayer con la salida de la procesión civil con la Virgen de Consolación por el centro de las calles de Cádiz.
Días antes el Consejo local de hermandades y cofradías de Cádiz realizó un comunicado en el que se oponía frontalmente a esta manifestación de fe fuera del seno de la Iglesia católica a instancias del Obispado de Cádiz y Ceuta que ni desde su propio pastor, Monseñor Zornoza, pasando por la Vicaría General de la Diócesis o la delegación episcopal de hermandades y cofradías se había pronunciado de manera clara, es decir, por escrito, sino que dejaron ser el malo de la película a las hermandades y cofradías de Cádiz. Algo habitual.
Pues con estos condicionantes a partir de las nueve de la noche y desde el Palacio de Congresos salía esta procesión con un cortejo formado por un cuerpo de ciriales con pertiguero al que seguía el paso en el que estaba entronizada la Santísima Virgen y que estaba acompañada de la Banda de Música de Gailín de Puerto Serrano.
La anchura del paso obligó a que se parara durante algo más de 40 minutos en la entrada del pasaje del Arco de la Rosa, tiempo en el que se desmontaron las esquinas del paso para que pudiera transitar en este tramo hasta la Plaza de la Catedral.
Aunque la puesta en escena seguro mejorará con los años lo que es innegable es el gran número de cofrades y gaditanos que quisieron acompañar al paso de la Virgen de Consolación hasta su vuelta de nuevo al Palacio de Congresos en una jornada en la que la primera procesión civil recorrió las calles de Cádiz.