No, podría parecerlo pero no era. No era Martes Santo. Ni era el barrio de la Pastora cuando por segunda vez abre sus puertas en esta Semana Santa. Era el barrio de la Ardila y era Domingo de Ramos. Pero por dos veces, tanto en agrupación musical como en la banda de música sonó «Oración en el Huerto». Ese himno oficioso de la cofradía del barrio de la Pastora y que como recuerdo al fallecido Ignacio Bustamante quiso ser la primera marcha que se interpretara en la salida de los dos pasos.
Así, de esta manera, se puso en la calle la cofradía del barrio de la Ardila. Con este sentido homenaje que se sumaba al lazo negro entrelazado con verde y blanco que en el primer varal izquierdo del palio recordaba a este cofrade fallecido.
La cofradía apresuró sus pasos en la calle como suele hacerlo. Paso firme y decidido desde su barrio hasta el centro de la ciudad para cumplir con los horarios marcados. En su itinerario de ida -el del Santísimo Cristo de Humildad y Paciencia- gustó mucho su andar acompasado y la interpretación de la Agrupación Musical Santa Cecilia de Sevilla en el tramo de itinerario comprendido por las calles Colegio Naval Sacramento, Cecilio Pujazón y Calderón de la Barca, en el que cuadrilla y banda supieron conjugar a la perfección.
Por su parte la cuadrilla del paso de palio de la Virgen de las Penas afianzó su buen trabajo con trepás portentosas en la Alameda Moreno de Guerra en la que, a los sones de marchas como «Virgen de los Negritos» o «Triana, Tu Esperanza» el paso de palio se encontraba ya con la calle Real para su vuelta al templo.
La hermandad, tras el encuentro perceptivo de los dos pasos, cerró las puertas de la Iglesia de San Servando y San Germán minutos después de las dos y media de la madrugada, aproximadamente una hora después de lo que lo hacía su Cruz de Guía.
La Ardila fue pastoreña por un día, por un Domingo de Ramos en el que las Penas fueron también de Esperanza. (ISLAPASIÓN).