De Piletas al Rocío en los versos de Jesús Cruz en el Pregón de la Romería del reencuentro

Este mediodía la Parroquia de la Sagrada Familia ha acogido el Pregón de la hermandad filial rociera isleña que ha dado comienzo a las doce y media de la mañana y que ha servido como colofón a una semana en la que se han desarrollado además los días de Triduo y Solemne Función en honor de la Santísima Virgen.

Un Pregón que ha dado comienzo con la lectura del acta por parte de la Secretaria de la hermandad y a la que ha seguido la presentación del pregonero a cargo del rociero isleño Antonio Gálvez Jiménez. Una presentación que ha servido para conocer algo más de Jesús Cruz Sallago, el pregonero que a diferencia de lo habitual no ha estado presente en los primeros bancos durante estos momentos descritos sino que escuchó tanto el acta como la presentación desde el interior de la sacristía del templo de la Bazán.

Y desde allí mismo con unos versos y el cante de una sevillana comenzó el Pregón que había estado esperando dos años en un cajón como dijo el pregonero puesto que estaba previsto que este fuera el de 2020, pero la pandemia lo aplazó hasta este año.

Un pregón de prosa pero de mucho verso en el que se han tocado los difíciles momentos vividos en la pandemia por los rocieros, la ansiada vuelta a los caminos en esta Romería del reencuentro y como no podía ser de otra forma un anuncio de los días grandes de lo que está por llegar para los romeros de La Isla.

De entre todos los momentos destaca el pregonero el que vive cada año junto al Simpecado de San Fernando, la noche en la playa de las Piletas en el primer día de camino, en ese lunes de salida. Allí el pregonero suele acudir para por sevillanas acompañar al rezo del Santo Rosario que culmina los actos de la primera de las jornadas del caimno de ida hacia la Virgen.

Con todo esto, y alguna refrencia importante como la de algunos rocieros que ya no están, finalizaba un Pregón ansiado y anhelado que tardó dos años pero no dejó indiferente a ninguno de los asistentes, también con el acompañamiento en algunos momentos por las sevillanas que fueron salpicando también las páginas y partes de esta exaltación.

Con la entrega de un detalle al pregonero, el canto de la Salve y los vivas del Hermano Mayor, Mosiés Posada, finalizó el acto que este año sí se hizo realidad.