Columna estrena un acertado cambio de itinerario en una noche de tristes recuerdos
La cofradía de Columna estrenaba varias cosas este Domingo de Ramos. Un itinerario novedoso -en el que el barrio de la Iglesia Mayor cobraba mayor protagonismo-, un nuevo exorno floral para cada paso y entre otras cosas más, un capataz para su paso de misterio.
Este capataz, Javier Barrera, hermano de Columna de los de toda la vida y creador de la cuadrilla que actualmente porta a la Virgen de las Lágrimas recibía la noticia, minutos después de la seis de la tarde, del fallecimiento de su padre. Duro golpe para Javier y para todos los miembros de la cofradía, que en algunos casos, se enteraban de la triste noticia cuando ya la cofradía estaba en la calle.
Barrera Gómez acompañó al Cristo de Columna hasta su recogida haciendo de su trabajo un doble esfuerzo -el cambio tan favorable en los andares de la cuadrilla y el consabido por la pérdida de su padre-.
La cofradía se puso en la calle como suele hacerlo, con ese clasicismo que le aportan sus túnicas de capirote de terciopelo y los sones de dos formaciones musicales -la Agrupación Musical Virgen de las Lágrimas y la Banda Sinfónica de Música de San Fernando- que pusieron lo mejor de sus repertorios en cada uno de los lugares en los que la cofradía transitó.
El itinerario como decíamos todo un acierto. La hermandad gana por las calles del barrio puesto que son los mismos vecinos los que adornaron sus balcones con colgaduras y agasajaron al paso de los Titulares con petaladas. La hermandad ha sabido ganarse este sitio en detrimento de su paso por calle Ancha que ya, parece ser, queda en el recuerdo.
Cristo Atado y Flagelado y la Virgen de las Lágrimas se encontraron en una plaza de la Iglesia abarrotada de público que a los sones de “Madrugá Macarena” vieron como los pasos se mecían antes de entrar en el primer templo parroquial.
Tarde-noche fría en la Hermandad de Columna, con un palio solo encendido por completo en las últimas calles del barrio y con, sin duda, una puesta en escena que gana enteros con los años. Hermandad de capa, y este año sí, de barrio, de su barrio. (ISLAPASIÓN).