La jornada del Lunes Santo comenzaba ayer algo más tarde de lo habitual en los últimos años. Aunque la primera cofradía en poner su cortejo seguía siendo la de la Hermandad de los Afligidos los horarios cambiaban sustancialmente. Los hermanos de la cofradía del barrio del Cristo salían del templo cuando el reloj marcaba las seis y media de la tarde.
Era el primer avance de un sustancial cambio de su camino de ida a la Carrera Oficial. Afligidos reinventaba el transitar hasta el epicentro cofrade de la ciudad pero manteniendo el sello indiscutible de esta cofradía. El andar, como siempre, en ese equilibrio entre lo mejor para el cuerpo de nazarenos y el deleite a su paso de Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura.
Pero volvamos al inicio. Eran las seis y media de la tarde y comenzaba a discurrir el cortejo. Sonó «Amarguras» de Font de Anta para emprender el camino y en tan solo tres marchas el paso ya se encontraba enfilando la calle Ancha. Y desde aquí todo era distinto. De Manuel Roldán a la subida de Colón con estampas también muy efectistas de este paso de misterio. No tan estéticas por la calle Rosario para llegar hasta una Plaza de la Iglesia con mucho público.
Venía el primer punto clave de la jornada. El encaje entre Medinaceli y Afligidos. La cofradía de la Iglesia Mayor había salido cumpliendo horarios y dejaba el camino libre para que los cofrades de Estudiantes comenzaran a transitar por la Carrera Oficial. Todo iba en orden, el Lunes Santo como un reloj.
Sonó «Jesús Nazareno» y «La Oración en el Huerto» antes de entrar en Carrera Oficial en homenaje a las hermandades que cumplen 250 y 75 años respectivamente. De aquí al transitar por Carrera Oficial que si bien fue algo más lento de lo habitual en la primera parte tras pasar el palco de autoridades cogió de nuevo la velocidad propia de esta cofradía para enfilar el camino de vuelta hasta el Cristo.
Un camino de regreso con quizás algo menos público que de costumbre pero con la misma solemnidad que desprende esta hermandad desde el diputado de Cruz de Guía hasta el último músico. Momento especial como cada año el paso por la capilla de la Vera-Cruz y su regreso de nuevo al Santo Cristo.
Lampedusiana jornada en los Afligidos: Cambiar todo para que nada cambie. (ISLAPASIÓN).