La Hermandad de la Caridad llegaba al día más esperado dentro de los que conforman la celebración del 75 aniversario fundacional. Y se notaba desde la mañana con la celebración religiosa y la posterior preparación de los últimos detalles de cara a la salida extraordinaria prevista.
Desde las cinco y media de la tarde empezaban a llegar los miembros de la Junta de Gobierno de nuevo a la Vaticana y Castrense de San Francisco. Había que mover bancos, recibir a las representaciones y esperar a que el reloj marcara las siete de la tarde para que diera comienzo la salida tan esperada, y tan trabajada.
Así fue. A las siete de la tarde se abrían las puertas del templo de San Francisco para que el cortejo –formado por casi dos centenares de hermanos- comenzara a discurrir por la calle Real en dirección a la calle Comedias. Entre el cortejo también una representación municipal –encabezada por el primer teniente de alcaldesa Francisco Romero- del Consejo local de Hermandades y Cofradías –en la figura de su presidente Manuel A. García López- y del Aricipreste y párroco de San Francisco, el Rvdo. P. Gonzalo Núñez del Castillo. También estuvo representado el estamento militar en la figura del Almirante del Arsenal de la Carraca, Cristóbal González-Aller Jurado.
También acompañaban en representación algunas de las hermandades de la ciudad y especialmente las de la parroquia Castrense que no quisieron falta a la cita de esta jornada histórica para los cofrades de la Caridad.
El paso comenzaba a moverse dentro del templo mientras la Banda de Música de la ACM Agripino Lozano –que acompañó en la salida al paso- interpretaba desde el exterior la marcha ‘Caridad para mi Hijo’ de José Ribera Tordera. Tras la interpretación de esta marcha y ya con el paso en el dintel del templo la banda volvía a tocar otra marcha de Ribera Tordera, en este caso ‘Caridad y Salvación’ dedicada al 75 aniversario de la hermandad y estrenada la pasada Cuaresma.
Mucho público viendo la salida del cortejo en la calle Real que acompañó a la hermandad en el primer tramo del itinerario. El cortejo siguió por Real hasta encontrarse con el giro que le llevaba a la calle más emblemática para esta cofradía, la calle Lope de Vega o Comedias como es conocida popularmente. En este caso, y a diferencia del Martes Santo, la hermandad bajaba con toda la luz de la tarde –a diferencia de la subida y con la oscuridad de la noche- el epicentro devocional de esta cofradía.
Seguían sonando las marchas mientras el cortejo avanzaba en esta parte del itinerario buscando la calle San Bruno tras dejar Comedias atrás. En este momento el cortejo aceleró un poco el ritmo mientras se recorría San Bruno, Lezo, la Plaza Rodríguez Arias y llegar a la estrenada calle Menorca donde el conjunto del arbolado hizo una perfecta conjunción con el paso de misterio.
Tras pasar la calle Menorca y en la confluencia con Héroes del Baleares las autoridades se retiraron y el cortejo se redujo a los hermanos de la misma y a los muchos cofrades que veían el paso de la Virgen de la Caridad y el Cristo de la Salvación por este punto.
El ritmo no era todo el esperado puesto que se perdían algunos minutos sobre las previsiones que tenía la hermandad y los capataces –Juan Pedro García López y Ángel Zapata López- de la cuadrilla de la asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC) encargados de portar a los Titulares de esta cofradía.
Bajada de Héroes del Baleares para por la calle Lanuza entrar en las populosas Siete Revueltas donde llegaron los momentos de más emoción para los hermanos de la Caridad. Ambiente de fiesta en sus calles para recibir al paso que se había levantado tras el toque de llamador por parte de José Delgado López, uno de los miembros del prestigioso taller de orfebrería Hermanos Delgado de Sevilla que tienen a su cargo la hechura de este paso de misterio.
Tras las Siete Revueltas el paso enfiló Tomás del Valle para volver a Real –con un ritmo algo más presuroso y recortando los minutos perdidos respecto a las previsiones en Siete Revueltas- y recorrer el tramo que llevaba hasta General Serrano prácticamente a tambor donde de nuevo volvió a recrearse en la parte del itinerario que recorría el centro de la ciudad.
Especial el momento vivido en la calle González Hontoria antes de llegar a la confluencia con Rosario donde un tenor cantó a la Virgen en, quizás, el momento de mayor intimidad y recogimiento de toda la salida procesional.
Las calles Las Cortes, 24 de septiembre y todo el tramo del recorrido hasta salir por la calle La Herrán volvían a reunir a muchos cofrades que tuvieron la oportunidad de ver la estampa curiosa de este paso de misterio por estas calles de la ciudad, principalmente la salida de nuevo a Real por la calle La Herrán, territorio de la Hermandad del Huerto cada Martes Santo.
Por tercera vez salía el cortejo a la calle Real para en este caso girar hacia el Callejón Capataz Nicolás Carrillo que ya este pasado Martes Santo recorriera la hermandad en su salida procesional. Bella estampa al pasar por esta estrecha calle como muy bonito el detalle de una petalada a la salida de este callejón y antes de comenzar a discurrir el paso por la calle Pérez Galdós.
De nuevo en esta parte del recorrido se volvió a incrementar el ritmo del cortejo para llegar por cuarta vez a la calle Real. Ya con la noche cayendo sobre La Isla y con algo menos público que en la tarde el cortejo se encaminó por Isaac Peral a esas calles que hasta este año recorría la hermandad en su itinerario de ida a la Carrera Oficial.
Aunque la medianoche ya había pasado aún quedaban momentos emotivos que vivir. Especialmente al paso por la calle Almirante Faustino Ruiz donde la hermandad había colocado una alfombra de sal y que los Titulares recorrieron mientras sonaba la marcha ‘Mi Amargura’.
Eran las tres y media de la madrugada cuando el paso de la Virgen de la Caridad y el Cristo de la Salvación volvía a asomar a la calle Real y esta vez para volver a su templo. Antes, en la misma calle Real, la Banda de Música de Agripino Lozano interpretó junto al mismo tenor que ya había interpretado una pieza en la calle González Hontoria, el Ave María de Caccini.
Tras esto el paso entraba siendo las cuatro de la madrugada y cerrando tras nueve horas una tarde-noche de oro junto a la Virgen de la Caridad y el Cristo de la Salvación en el día grande de la celebración de las bodas de brillantes fundacionales de esta cofradía. (ISLAPASIÓN).