La imagen era cuanto menos insólita. Los más osados que ayer pasaban junto al restaurante «Casa Pepe» en dirección a la playa de Camposoto no daban crédito. Poco antes de las seis y media de la tarde comenzaban a llegar penitentes -de blanca túnica y rojo capirote-, señoras de mantilla, cargadores y músicos.
Lo que en los últimos años era una pequeña procesión de niños que jugaban a los pasos está tomando cada vez más auge. Con o sin aprobación eclesiástica -no lo sabemos- el anterior y pequeño «Cristo de la Almadraba» ha sido sustituido por otro Cautivo, de mayores dimensiones, que se situaba sobre un nuevo paso -también más grande- que el que años anteriores sacaban unos jóvenes con ganas de adelantar unos días la llegada de la Semana Santa.
Ahora una gran tienda de campaña acogía a todos estos. Cargadores preparados para su labor, pequeños penitentes, niñas y no tan niñas vestidas de mantilla y fuera decenas de personas que esperaban la salida. También esperaban los miembros de la Agrupación Musical Virgen de las Lágrimas que, como si de un ensayo general para la Semana Santa se tratase, iban haciendo labio para lo que les queda en estos días.
La salida llegó y los aplausos acogían a este nuevo Cristo en lo que una persona cercana a la organización aseguró que era «un sueño cumplido».
La procesión recorrió por la zona del carril habilitado para peatones camino del barrio más cercano, Buen Pastor, en el que recorrieron algunas de sus calles para volver después de nuevo al lugar desde donde, con altas temperaturas, salía en la tarde de ayer.
La oportunidad o no de este tipo de procesiones deberán ser otros los que la juzguen pero para que quede constancia dejamos una galería de imágenes y un vídeo de lo que ayer ocurría en el extrarradio de la ciudad. Viernes de Dolores cerca de la playa de Camposoto. (ISLAPASIÓN).