El Real Teatro de las Cortes fue el escenario escogido para una nueva edición del Pregón de la Madrugá en La Isla. Un acto organizado por la sección de hermanos cargadores de la Hermandad del Nazareno que tienen en este acto uno de sus referentes culturales del año.
A las ocho de la tarde daba comienzo el acto que se iniciaba con un homenaje a los niños de la cuadrilla, esos que sueñan con cargar dentro de algunos años a los Titulares de la corporación nazarena y a los que hicieron subir al proscenio del Real Teatro para obsequiarles con un detalle.
Tras esto el acto, conducido por José María Belizón Reina, siguió con el tradicional homenaje que se hace a un antiguo cargador, en este caso también capataz: Manuel Aleu Vidal. Un reconocimiento que quiere ser la guinda a su trayectoria primero bajo los palos y posteriormente como parte del equipo de capataces de la hermandad.
Llegados a este punto se dio a conocer el cartel anunciador de la madrugada del Viernes Santo, que en esta ocasión reproducía una fotografía de Sergio Gutiérrez Blanco, en la que se ve de espaldas el paso de palio de la Virgen de los Dolores llegando, ya en la mañana del Viernes Santo, a su encuentro con Jesús Nazareno.
Una vez aquí, y tras la presentación del pregonero, Ramón Rodríguez Verdejo ‘Monchi’ tomaba la palabra media hora después del inicio del acto. Su exaltación agradó y sorprendió a partes iguales. Fue una reflexión teológica por momentos y de fe diaria en otros. De vivencias, de carga, de hermandad, pero especialmente de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores en una madrugada que quiso entender infinita, que nunca acaba, tampoco con la recogida cada año de los pasos tras el encuentro que se expresaba en la fotografía.
Su disertación fue estructurada en capítulos y fue llevando por distintas visiones de la hermandad y sus Titulares en un ambiente reflexivo al que ayudó el acompañamiento musical por marchas a piano y violín.
Finalizada la exaltación se entregó un detalle al pregonero, así como a la Agrupación Musical Lágrimas de Dolores a cargo del capataz general de la hermandad, Javier Padillo Cabrera. Las intervenciones protocolarias pusieorn fin a este acto que marca un nuevo camino a la madrugá de La Isla, la madrugá del Viernes Santo.
