Misericordia se reencuentra con su historia en una noche de Jueves Santo completa
La Misericordia es una hermandad que según el momento que la ves, puede parecer diferente, distinta, quizás en eso resida también la grandeza de la misma.
Y es que a las seis y cuarto de la tarde del Jueves Santo se abrían por última vez las puertas de la Iglesia de la Pastora para que saliera este cortejo azulinegro que ha repuntado respecto al pasado año en número de hermanos que visten la túnica. Aunque aún falta mucho para ser aquella Misericordia de antaño.
La salida del primero de los pasos estuvo marcada por el recuerdo al que fuera hasta hace algo más de un mes miembro de su Junta de Gobierno: Manuel Moreno Cruceira. En la delantera del paso una pértiga con un lazo negro lo recordaba y fueron varios los momentos del recorrido en los que tanto cargadores como hermanos de la cofradía lo recordaron.
Tras el Cristo la Banda del Cristo de la Sangre de Sevilla que se estrenaba en La Isla y que dejó un buen sabor de boca aunque a mucha distancia de las bandas de cornetas sevillanas que en estos días pasan por la Campana.
Salió con un ritmo cadencioso las secciones que antecedían al palio de la Virgen de la Piedad pero de forma constante sin parones que marcaron en años anteriores su transitar por las calles de la ciudad. El paso de palio asomaba al dintel de la Pastora y tras el himno interpretado por la Banda de Música de la ACM San José Artesano sonaba como no podía ser de otra manera «María Santísima de la Piedad» de Francisco Hernández Lora, ese himno de la hermandad que anuncia que el cortejo completo estaba en la calle.
Decíamos al principio de la crónica que la hermandad cambia según los momentos y buena cuenta de ello es el acompañamiento musical. Las mismas bandas interpretan por ejemplo en una misma calle marchas de corte distinto. En el paso de palio en Ancha por ejemplo sonaron entre otras Aires de Triana o Mater Mea, una mezcla que igual define también esa amalgama de formas de ver a la Misericordia que se entremezclan dentro de su propia nómina de hermanos.
Muy correcto el transitar de esta cofradía de vuelta al barrio con mucho público en la zona del centro que se dispersa un poco en los últimos momentos pero que llena la plaza de la Pastora en la recogida. Son esos cambios también en este aspecto.
El paso de Jesús de la Misericordia llegaba a la plaza de la Pastora y quedaba -tal como adelantábamos en ISLAPASIÓN hace unos días- esperando la llegada del palio de la Piedad. Como en 1982, hace ahora 35 años de eso. El paso de misterio se levantó cuando aún quedaban bastantes metros para que llegara el palio. Se mecían -el de misterio en el sitio- para hacer un encuentro con algo de distancia y que tras esto el palio de la Virgen de la Piedad recorriera los últimos metros de la plaza.
El palio se levantó, se escuchó la Salve marinera, volvió a hacer fondo y de aquí hacia dentro con el Himno Nacional, quizás el público esperaba una marcha antes. Pasó igual con el paso de misterio pero la hermandad quiso no alargar mucho más este momento y completar de esta forma la salida procesional.
Ahora, una vez pasado el Jueves Santo, su Junta de Gobierno deberá valorar si este hecho experimental -como así lo calificaba su Hermano Mayor- podrá repetirse en próximos años o quedará como el de 1982 como algo aislado en el tiempo. El tiempo lo dirá. (ISLAPASIÓN).