Málaga mostró su mejor versión cofrade el pasado sábado en la Magna de la Victoria



Málaga se volcó con la Magna Procesión para conmemorar el 75 aniversario de la coronación canónica de la Virgen de la Victoria y el 175 aniversario de su patronazgo de la diócesis de Málaga. Es verdad que le costó arrancar. Las dos primeras horas de procesiones, con las salidas de María Auxiliadora, Virgen de la Victoria y Virgen del Rocío caminaron en muchos momentos con poco público. Conforme se fue yendo el sol y sumándose imágenes en el Centro, las calles se fueron llenando de público.

Las diez advocaciones marianas coronadas canónicamente en Málaga capital recorrieron las calles del Centro es una procesión única en su concepción y desarrollo, con la plaza del Obispo como eje central de los cortejos y diez cortejos procesionales que recorrieron los barrios históricos de la ciudad desde las 16.30 horas, cuando salió María Auxiliadora en Capuchinos, hasta las 3.30 horas, momento en que comenzaron a encerrarse la Esperanza y los Dolores.

La Victoria recibe el cariño de los devotos a las puertas de la Catedral

Salir a las cinco de la tarde un sábado de mayo no es el mejor momento para atraer público. A la Virgen de la Victoria le tocó enfrentarse con esta situación y la salvó con holgura gracias a un heterogéneo público formado por devotos, extranjeros que miraban con curiosidad cada detalle, turistas cofrades y malagueños que se fueron encontrando en el camino. La Virgen de la Victoria se ha convertido así en anuncio de lo que estaba a punto de suceder en el Centro conforme la tarde avanza.

La salida desde el interior de la Catedral se realizó puntualmente, con las campanas repiqueteando alegremente y sumándose así a esta Magna celebración. Pétalos recibieron a la Patrona, que avanzó con paso firme hacia la plaza del Siglo. Allí, los hermanos del Monte Calvario habían decorado una fachada con gusto y dedicación. La Patrona recibió en este punto una petalada inmensa, constante, completa. Los aplausos acompañaron a los pétalos en la misma cantidad. A sus pies quedó un mar de pétalos, testimonio del cariño puesto en este momento.

La Banda De la Vera+Cruz de Almogía mantenía ritmo de la marcha con una cruceta ajustada. Las marchas no se terminaban con el trono en el suelo, si no que se tocaban hasta el final. Con ´Aquella Virgen´ entró en la plaza de la Constitución, no llena, pero con público suficiente para que la Virgen no fuera sola.

La Patrona procesionó acompañada del obispo de Málaga, Jesús Catalá, y los miembros del Cabildo de la Catedral. Unas guirnaldas de flores adornaban el trono de la Virgen de la Victoria.

La Virgen de la Soledad navega en el mar de sus fieles

El olor a incienso impregna los alrededores de Santo Domingo y la gente se agolpa a las puertas de la basílica de la Esperanza. La Virgen de la Soledad avanza su paso para acercarse al recorrido oficial.

Parece Jueves Santo y la marinera luce con un brillo especial: el brillo de su primera vez en la Magna como Nuestra Señora de la Soledad Coronada. Cuánto tiempo esperando que llegara este momento…

Ni los más pequeños han querido perderse este día: “Mira, mamá, qué guapa”, comentan a su paso por la Casa Hermandad, mientras que esta, previo a su salida, abre sus puertas como saludo.

“Seguimos de frente”, grita el capataz. Y así, entre alabanzas, avanza la reina de Santo Domingo.

La Virgen del Carmen estrena imagen bajo palio

La Virgen del Carmen se presentó en la Magna Victoria con una imagen diferente. Por primera vez bajo palio con el trono de la Reina de los Cielos. No eran pocas las personas que preguntaban a su paso qué trono era. El resultado causaba cierta extrañeza por la costumbre de verla bajo el cielo. No era mala, simplemente necesitabas mirar dos veces para hacerse una idea. La ráfaga sí que quizás hacía más pequeño el trono. El manto blanco, prestado por la Virgen de la Victoria de Archidona, le caía de forma espectacular. Parecía hecho para ella.

La salida desde la casa hermandad de la Misericordia, con la caída de la tarde y la iglesia del Carmen de fondo fue uno de los momentos de esta Magna Victoria. La llegada al recorrido oficial se hizo con mucho público ya. Sillas llenas y mucha gente para verla. La Cortina del Muelle se hizo con su marcha ´Carmen Coronada´, interpretada por la banda del Carmen, de Salteras.

Los portadores no extrañaron el nuevo trono, al menos no aparentemente, ya que fue llevado con gusto y suavidad en todo el recorrido, con el cambio de turno en la plaza de la Aduana.

El cortejo que acompañó a la Virgen del Carmen contaba con una gran cantidad de niños, algo que muestra que esta devoción sigue calando en los jóvenes de El Perchel.

La Virgen de los Dolores del Puente marca la diferencia

La Virgen de los Dolores del Puente es otra cosa. Su estética antequerana la hace resaltar sobre el resto. La peana, el corte de su manto, la media luna a los pies… Son multitud de detalles los que marcan la diferencia. Es la expresión de un carácter propio de la cofradía, enraizado en la historia y la tradición. No en vano, el estilo antequerano tiene mucho que ver con las procesiones barrocas que se vivían en Málaga hace tres siglos.

Su salida desde Santo Domingo se hizo en un ambiente un poco gélido, pese al calor de la tarde. Todavía no estaba todo el público en la calle y era un momento en que coincidían varias salidas a la vez en distintos puntos. Todo fue cambiando conforme se acercó al Centro. El poco acogedor entorno del Guadalmedina fue cambiando por calles llenas de público y con mucho cariño a una imagen mariana que acompaña a la vida diaria de todos los que pasan frente a su capilla. La imagen recogida de esta imagen, delicada y preciosa, iba en volandas a hombros de los portadores, “Qué Virgen tan bonita”, decía un joven que había llegado de Sevilla para asistir a la Magna Victoria.

El paso por la plaza del Siglo se hizo con la marcha “Virgen del Valle”, interpretada por la Unión Musical Maestro Eloy García. En un día en que las crucetas optaban por marchas más alegres y con ritmo diferente, la Virgen de los Dolores del Puente siguió demostrando su personalidad con una pieza melodiosa, de tono melancólico. Lo hizo pasando delante de la magnífica fachada adornada por hermanos del Monte Calvario, en una elección que no parece casual.

“María Santísima de las Penas” fue la marcha elegida para entrar en la plaza de la Constitución, punto ya de salida del recorrido común de esta Magna Victoria para embocar la calle Especería y volver a Santo Domingo.

La Virgen del Rocío, espectacular bajo el sol

El Himno Nacional resonando mientras la Virgen del Rocío se hacía a la calle para iniciar su procesión en la Magna Victoria. La Banda de Nuestra Señora de las Nieves ataca con brío los compases de “Reina de San Lázaro” y el numeroso público en la puerta de la casa hermandad prorrumpe en aplausos y “vivas” a la Virgen. Su barrio acudió a su cita con esta advocación, que este año ha cambiado su procesión de Pentecostés por la Magna.

La Virgen del Rocío lucía espectacular en su trono procesional. El sol apretaba y hacía brillar cada puntada de oro de su saya y de su palio, cada giro labrado en plata de su trono y realzaba un exorno floral en blanco y rosa acorde con la dignidad de esta imagen.

Los más jóvenes acompañan a María Auxiliadora

“Rendidos a tus plantas” Así reza un cartel en la plaza de la Constitución, junto a la entrada del Pasaje Chinitas. Los hermanos de María Auxiliadora son multitud. Cada antiguo alumno del colegio de los Salesianos tiene, de una forma u otra, a María Auxiliadora presente. Es una devoción que se cuida desde pequeños. Y eso explica el comienzo de cortejo que acompaña a esta Virgen, con un numeroso grupo de niños vestidos de ángel con túnicas celestes y rosas, así como algunos que han hecho su Primera Comunión.

Profesores, alumnos y antiguos alumnos se unen esta devoción, así como muchos vecinos del Santuario que acuden diariamente a rezarle a la Virgen.

Dos largas cintas, de color celeste y rosa, colores que identifican a esta devoción, destacaban del trono, perdidas de las manos de Maria Auxiliadora y el Niño Jesús. Al final de las cintas, una medalla que eran llevadas por dos hermanas en los laterales del trono para que el público se acercara y las besara. La Virgen iba en el trono, pero esas cintas la unía con la devoción de la calle, la popular. ¿Cuántas peticiones, agradecimientos y consuelo se ha repartido con ese gesto? María Auxiliadora es la única que lo sabe, pero fueron muchos los besos.

La Banda de La Paz acompañó a María Auxiliadora en esta atípica procesión por el Centro. Marchas como ´Ros Coeli´, ´Macarena´ o ´Pasa la Virgen Macarena´ acompañaron la visita de esta devoción juvenil y alegre a la Magna de la Victoria por el Centro.

A toque de palillera. Así paso Maria Auxiliadora por Arco de la Cabeza. La estrechez de la cale era mayor en esta ocasión por un andamio, que obligó a los portadores de los varales exteriores a salirse para pasar por ese punto. El silencio se hizo en la calle y nos regaló un momento íntimo dentro de la alegría que acompaña a la Magna Victoria.

Miles de personas acompañan a la Zamarrilla

Si en la primeras horas de la tarde, con el arranque de la Magna Victoria, el público era escaso y concentrado junto a los tronos, la entrada de Zamarrilla por la Rampa de la Aurora trajo ya a miles de personas para poblar las calles del Centro. El calor ya había remitido y empezaban a llegar todos los tronos, además que Zamarrilla tiene un gran tirón popular y la Virgen de la Trinidad iba justo detrás.

El tintineo de su palio al moverse acompañaba alegremente la música de la Banda de Zamarrilla, con una cruceta bien elegida, poderosa y con marchas acorde con el carácter de celebración de la Magna. El trono de plata multiplicaba los rayos de sol de la tarde que iba atrapando desde la salida de la casa hermandad. Allí ya se notaba una importante cantidad de público, clave para recorrer un tramo tan ingrato como Mármoles con el sol cayendo de tarde.

La entrada por la Rampa de la Aurora se realizó con el público llenado las calles incluso antes de que la cruz guía se acercara. Sin embargo, sufrieron un parón en ese momento. Al parecer no había coincidencia en los horarios de María Auxiliadora y Zamarrilla, que finalmente pasó delante en la calle Fernán González y el cortejo de la Trinidad tuvo que frenar para hacer un hueco a María Auxiliadora. No obstante, como el orden de paso en el recorrido oficial indica que la Auxiliadora debía pasar por delante de Zamarrilla, obligaba a acelerar por la calle San Juan a este cortejo y frenar a Zamarrilla y Trinidad para que se restableciera el orden.

La Virgen de Zamarrilla lucía especialmente guapa para esta Magna. Una salida extraordinaria como ésta se merecía lucir las mejores galas. Flores blancas para adornar un trono cuya entrada marcó un antes y un después en la celebración de la Magna. Más allá de retrasos o alteraciones, el público respondió con aplausos y mucha expectación la llegada de Zamarrilla.

La Virgen de la Trinidad brilla en su salida

El pasado Lunes Santo supo a poco y su barrio, una vez más, se vuelca con ella en este día. Sus hombres de trono la mecen al compás de “Alma de la Trinidad”, que interpreta la Banda Sinfónica Virgen de la Trinidad.

Los portadores lucen túnicas nuevas, más malva, ese malva tan característico de la reina trinitaria. Juntos forman uno. Juntos elevan al cielo a María Santísima de la Trinidad Coronada.

Málaga se llena de Esperanza

Las primeras ramas de romero cubren las calles. Los primeros penitentes de la Esperanza comienzan a organizarse y se preparan para empezar su salida procesional. Verde. Verde Esperanza.

Tres toques de campana retumban desde el interior de la Casa Hermandad, y entre aplausos sale para incorporarse a la Magna.

Nadie quiere perdérselo. La gente avanza con ella, a su lado. De esta forma aparecen los primeros “cangrejos” que deciden ponerse frente a la titular, creando ese cuerpo extraño que acompaña a algunos tronos y dificultan la procesión. “Esplendida. Qué maravilla”, se repiten los comentarios que se gritan a sus pies.

La Virgen de los Dolores Coronada pone el broche final a la Magna

“La cabeza, medio paso a la derecha”, repite el capataz a sus hombres de trono para hacer la maniobra frente a la Casa Hermandad de la Esperanza.

La Virgen de los Dolores Coronada cierra esta gloriosa procesión, pero no lo hace sola. Aún hay quienes se incorporan detrás de promesa. Reviviendo sus promesas como en aquella madrugada del Miércoles Santo.

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