Los rocieros cumplieron con su historia: El Simpecado visitó la Casería como recuerdo a los orígenes
Ayer la Hermandad del Rocío de San Fernando tenía dentro de la programación de actos por sus bodas de plata fundacionales una jornada muy ilusionante. La idea era rememorar los orígenes de la hermandad visitando la Parroquia de la Inmaculada Concepción, lugar donde surgió uno de los grupos que conformaron finalmente la hermandad rociera.
Esta visita estaba prevista junto al Simpecado realizando un traslado desde la Bazán a la Casería rezando el Santo Rosario, posterior eucaristía en la Inmaculada Concepción y traslado de regreso de nuevo a la Sagrada Familia.
A las cinco y media de la tarde cuando la Junta de Gobierno debía tomar una decisión sobre el traslado llovía, y con fuerza, en San Fernando. Por ello estos rocieros con su Hermano Mayor, Moisés Posada, al frente decidieron realizar de manera privada el traslado del Simpecado hasta la Inmaculada Concepción para celebrar la eucaristía allí previo rezo del Santo Rosario.
En el templo de la Casería se dispuso el Simpecado en un lateral del presbiterio estando en el lado contrario entronizado el cuadro de la Santísima Virgen que se encuentra en este templo y recuerda los orígenes rocieros de La Isla. El altar mayor del templo, con el Santísimo Cristo del Perdón, se había exornado con flores al más puro estilo rociero, y del clavo de los piés del Señor de la Casería pendía una medalla dorada del Rocío, de uno de sus antiguos hermanos mayores.
El rezo del Santo Rosario precedió a una eucaristía muy emotiva oficiada por el párroco del templo, el Rvdo. P. José Luis Palacio Valverde con una sobresaliente homilía y un acompañamiento musical de la misma nota por parte del Coro de la hermandad del Rocío. No faltaron versos de Antonio Manuel Alías de la Torre como regalo de la comunidad parroquial a los rocieros isleños.
Antes de dar por finalizada la celebración eucarística la Hermandad del Perdón quiso hacer entrega de su insignia de oro a la Hermandad del Rocío -previa firma en el libro de honor de la hermandad-, y la Hermandad del Rocío correspondió con un artístico broche para la Santísima Virgen de la Paz así como un cuadro con el Simpecado de la hermandad para la comunidad parroquial.
En este momento había que decidir si realizar el traslado de manera privada -como a la ida- o con el Simpecado a mano por el recorrido establecido de vuelta. Finalmente y viendo que los partes meteorológicos ya no anunciaban lluvias durante las siguientes horas se realizó el traslado de regreso como estaba previsto.
Destacó en el traslado la salida del templo -que se había engalanado para la ocasión-, una petalada al paso por la calle Magallanes o las distintas muestras de cariño de los vecinos al paso del Simpecado. Desde aquí y en un recorrido de una hora aproximadamente se llegó a la Sagrada Familia entronizándose el Simpecado de nuevo en su altar de diario, finalizando así esta jornada histórica para los rocieros isleños.