Hermandad de la Divina Pastora

Los pastoreños disfrutaron del día grande de su calendario en una espléndida noche de verano



Marchas, petaladas, vivas y recuerdos. La Divina Pastora paseó ayer por parte de su barrio y el centro de la ciudad en una espléndida noche de verano que tuvo todos los elementos necesarios para que los pastoreños disfrutaran al máximo de la jornada marcada en rojo en su calendario.

Y es que la jornada se entornaba en perfecto en lo meteorológico desde la mañana, algo más de calor por la tarde pero con un viento de Poniente que acompañaba a salir a la calle y disfrutar de la jornada cofrade por excelencia del mes de agosto en San Fernando.

Mucho antes de las siete y media de la tarde el entorno de la plaza de la Divina Pastora comenzaba a congregar a los hermanos costaleros que se afanaban en preparar sus herramientas de trabajo de cara a colocar el paso -que se encontraba en el altar mayor del templo- en el centro del mármol pastoreño de cara a una nueva salida procesional.

Los hermanos, congregados en el patio interior del templo, iban formando cirio en mano mientras los músicos de la Banda Municipal «Enrique Montero» de Chiclana comenzaban a llegar al epicentro devocional pastoreño.

En el interior del templo los últimos preparativos. Se encendía el paso y la Virgen quedaba sola durante unos instantes. Solo hasta que el cortejo comenzó a entrar en el templo esperando que a las siete y media de la tarde se abrieran las puertas. Y así fue. Se abrieron los verdes portalones de la Pastora para dar paso a un cortejo en el que además de los hermanos pastoreños completaban las Salineras del 2018 y representantes de las hermandades de penitencia de la parroquia.

En el interior la primera levantá estuvo dedicada al 75 aniversario de la Hermandad del Huerto quien a través de su Hermano Mayor, José Antonio Gómez Alanís, hizo sonar por vez primera el llamador de la Puerta del Mar. Pero no sería esta la única levantá antes de que el granado pastoreño cruzara el dintel. La segunda, por Francisco Fernández López, el hermano pastoreño más pequeño con tan solo cuatro días de vida, como símbolo de la perpetuidad del sentimiento pastoreño entre generaciones.

Ya con todo el cortejo en la calle las cornetas apuntaban las primeras notas del Himno Nacional mejorando la desafortunada elección en años anteriores de no hacerlo y enlazándose con la marcha «Reina de la O» con la que el dorado canasto pastoreño cruzaba la Plaza de la Pastora en dirección a la confluencia con la calle Marconi.

Mucho público en esta primera parte del recorrido en la que se estrenaba una parte del itinerario. La misma que suponía el paso por la calle Escultor Alfonso Berraquero y que gracias a la Hermandad del Ecce-Homo se convirtió en uno de los puntos destacados del recorrido ayer. El olor a hierbabuena -que estaba esparcida en el suelo tal como hacía el propio Hijo Predilecto en la calle Bonifaz- y una petalada desde la casa de hermandad del Lunes Santo recibían a la Divina Pastora tras una levantá dedicada a esta corporación por el 50 aniversario de la bendición del Titular cristífero de la misma.

Seguían sonando las marchas -que no cesaban tras cada levantá- y el cortejo se encaminaba por Cardenal Spínola donde se realizó el tradicional giro hacia los ancianos que esperaban mirar frente a frente a la Copatrona isleña. De aquí a la subida de Murillo y la entrada en la calle Rosario donde aún mucho público se apostaba en las aceras al paso de la Divina Pastora. 

De nuevo otra petalada, esta vez de los jóvenes de la hermandad, en la segunda mitad de la calle Rosario y los primeros vivas que sonaban con intensidad en la garganta de jóvenes pastoreños.

La subida de la calle Colón -que se incorporó al recorrido el pasado año- deja estampas bellísimas con el arbolado de la calle y la luz cada vez más tenue de la tarde agosteña. A diferencia del pasado año no se hizo la Estación Menor en la capilla del Colegio de las Carmelitas aunque siguió siendo el lugar escogido para despedir a las autoridades que acompañaban a los pastoreños en esta tarde.

Allí una nueva levantá dedicada -de las tantas que se hicieron en la jornada de ayer-. En esta ocasión a la Hermandad de Columna por su 125 aniversario y el propósito de feliz salida extraordinaria en el mes de septiembre -aunque es en octubre-. 

Entre tantas levantás por aniversarios de hermandades se echó en falta alguna referencia, por mínima que esta fuera, al 50 aniversario del Consejo local de Hermandades y Cofradías de San Fernando que estuvo representado en la procesión por su presidente, Manuel Antonio García López, como también lo hizo en el primer día del Triduo a la Santísima Virgen y la Función de la mañana del 15 de agosto.

La calle Churruca como antesala de la calle Ancha finalizando la primera parte -algo más institucional y con un ritmo bastante acelerado- que hizo llegar a tener hasta 45 minutos de adelanto horario con respecto a las previsiones de la hermandad. Ya en la calle Ancha la Virgen vuelve a su barrio y los tiempos se pausan algo más -aunque no demasiado-. Las marchas siguen sonando y los vivas van en aumento mientras cae la noche y las velas iluminan el rostro de la Divina Pastora.

En Ancha también el recuerdo a otra efemérides -el 250 aniversario de la Hermandad del Nazareno- y con un descenso importante de público con respecto a otros años aunque mucha culpa de ello tuvo ayer el partido de la Supercopa de Europa que arrastró a algunos cofrades a hacer un impasse en la tarde-noche cofrade.

Pero es aquí, una vez pasa la calle Ancha, cuando todo se concentra en un punto, quizás el más esperado de todo el recorrido; el callejón San Miguel. Y que tuvo en este año de nuevo una cita importante en la que sonó «La Divina Pastora» de Camilo Pérez Monllor que se interpretó sumándole la letra escrita para la ocasión por Antonio Alías y cantada por un coro pastoreño y rociero. Tras esto, y con la marcha «Y en Triana la O» una enorme petalada que cubrió el paso por completo y arrancó un largo aplauso al trabajo, muy correcto ayer, de la cuadrilla de hermanos costaleros.

Tras San Miguel venía una parte del itinerario totalmente nueva. Una apuesta de futuro de la hermandad que por Doctor Cobos salió a Méndez Núñez en una calle que gustó bastante y con dos chicotás de verdadero oficio costalero mientras, en la segunda, sonaba «Mi Amargura». Quizás la idea de la hermandad pase por dejar este paso por la calle Méndez Núñez y una vez abierta la calle que cruzará por el Patio Olea llegar hasta una parte del barrio más fotogénica y buscar Santa Rosalía por calles que también gustaron mucho en años anteriores como la bajada de la calle Santa Cruz.

Pero por ahora el paso sigue tras Méndez Núñez por Bonifaz y Marqués de la Victoria lugares en los que los vivas fueron en aumento hasta sonar, en casos, algo desproporcionados. Volvió el público para los últimos metros del itinerario. En la calle Santa Rosalía las marchas no cesaron y la Virgen entró en la Plaza de la Pastora a los sones de «Madrugá Macarena». 

Ya en la plaza, y con el horario medido a las previsiones -cerca de la una de la madrugada- el paso giraba para encarar a los fieles que se congregaban y poner fin -en la calle- a un completo 15 de agosto. En el interior del templo sonaron a piano el «Ave María» de Caccini y una adaptación de la marcha procesional «A la Reina del Barrio» que tras el canto de la Salve Pastoreña puso fin al día grande de los hermanos de la Divina Pastora. Ya solo falta un año para vivir un nuevo 15 de agosto. (ISLAPASIÓN).