Como cada 1 de mayo, desde el año 2002, La Isla tiene el inicio del periodo letífico con la salida procesional de San José con motivo de la festividad de San José Obrero. Una procesión que, más de 20 años después, sigue buscando su hueco sorteando cada año el condicionante de tener -en algunos años- el día siguiente como laborable y encontrar de esta manera un horario que asegure un mayor respaldo de público en la calle.
En este año 2025 la procesión salía minutos después de lo estipulado -17:40 horas- ya que poco antes de este momento se comenzó a instalar la rampa que da acceso desde el primer templo de la ciudad a la calle Real. Además, antes de la salida, se realizó el acto repetido en los últimos años en el que la hermandad josefina pide la venia al Consejo de hermandades para abrir este tiempo de Glorias en San Fernando.
Una procesión que cuenta con un cortejo nutrido casi en su totalidad por representaciones de distintas hermandades, principalmente las de su propia parroquia y otras de carácter patronal de distintos lugares de la provincia que acompañaron, junto a otras representaciones, hasta la llegada a la Plaza de San José.
Vamos a analizar en cada uno de los distintos aspectos la procesión que ayer llevó a las calles de La Isla al Patrón de esta ciudad.
Horarios y ambiente en las calles
El horario de salida, motivado por la jornada y el corte del Trambahía se antoja algo temprana. Esto hace que reste público en los primeros metros del itinerario, algo que va aumentando con respecto pasan los minutos. El itinerario es el marcado desde hace algunos años, que tiene sus puntos álgidos muy marcados -San José y Jorge Juan especialmente-. En el último tramo del recorrido vuelve a caer la presencia de cofrades en las aceras algo que se evidencia en la recogida, especialmente si comparamos con la cercana Semana Santa.
Hubo algunas dudas por los partes meterológicos que apuntaban cierta inestabilidad a partir de las diez de la noche, hora en la que estaba prevista la recogida. Por ello la hermandad aceleró el ritmo para estar lo más cerca posible de la Iglesia Mayor en esta franja horaria. Aún así, si le hubiera sorprendido la lluvia la hermandad tiene poco o ningún margen de cambio posible, debido al Trambahía, que hace que no se pueda modificar el paso por Real para llegar hasta el primer templo de la ciudad.
El cortejo
Poca diferencia con años anteriores en el cortejo que esta hermandad pone en la calle. Lleno de representaciones hasta la Plaza de San José y reducido a la máxima expresión desde entonces hasta la recogida.
Aún así muestra el cortejo detalles muy interesantes que en ocasiones pasan desapercibidos para el cofrade que ve la hermandad en cualquiera de los puntos del itinerario.
Es un cortejo que se ve fácil, tiene un buen ritmo y salvo en puntos muy concretos para el que lo quiera puede seguir en todo momento el discurrir junto al paso.
Los enclaves del Patrón
Sin duda es una procesión que tiene los puntos más interesantes marcados desde hace años. No sorprende.
El primero de ellos la salida, momento en el que tal vez con la premura por parte de los técnicos del Trambahía se realizó con más celeridad de lo habitual.
La siguiente cita llega con el paso por la Capilla de la Virgen de la Estrella. Allí espera la Hermandad de Cristo Rey y tras el saludo suena la marcha ‘Cristo Rey’. Uno de los momentos de más pellizco.
La calle y plaza de San José es sin duda el mayor aliciente. Aquí sí había mucho público. Como en años anteriores se llevó a cabo el fervorín al Patrón a cargo este año de Antonio Alías de la Torre que terminó en versos su intervención lanzando los folios sobre el paso de San José.
Desde los inicios de esta procesión el Patrón saluda a los usuarios de la residencia de ancianos San José en la plaza. La levantá ante ellos supone uno de los momentos más emotivos. Este año se dedicó esta levantá a la alcaldesa de San Fernando relegando el recuerdo a los ancianos a un segundo lugar. Falta de tacto.
Una vez pasado este momento se saluda también a la Hermandad de los Desamparados que espera en la puerta de su capilla. El olvido por parte del Hermano Mayor de la Titular mariana letífica de los Desamparados, la Virgen de las Mercedes, roza lo enfermizo.
San Cristóbal y Jorge Juan suponen siempre los puntos más destacados en el regreso a la Iglesia Mayor. Se hizo con un ritmo algo más ligero que de costumbre y las petaladas bastante menos copiosas que en años anteriores.
La carga y la música
Sin duda los dos aspectos en los que se saca la lupa y crean más controversia siempre en cualquier procesión en La Isla. Aquí no podía ser distinto.
Bajo los palos la cuadrilla que encabeza Manuel Ruiz Géné como capataz. Formada en gran parte por cargadores provenientes de Cádiz y que siguen la misma línea que en años anteriores. El paso solo se descordinó al mandarlo sobre los pies en la recogida. El resto como estaba previsto, ya casi nadie se queja o al menos en las calles, de las formas de mandar el paso. Parece que esto ya pasó.
La Banda de las Nieves de Olivares volvió tras el Patrón. Y aunque tuvo un accidentado pasacalles mejoró con respecto al nivel de años anteriores en los que la diferencia entre la banda que sonaba en Semana Santa y venía al 1 de mayo era abismal. En esta ocasión no distó tanto. El repertorio rozó la excelencia.
Otro 1 de mayo
Sin duda la hermandad sigue sumando primeros de mayo esforzándose en mantener los elementos que se van añadiendo cada año. Destaca el exorno de las calles, que cobra más mérito aún al contar con un número reducido de cofrades dispuestos a esta tarea.
Le faltó pellizco en lugares que otros años ha sabido convertir en aplausos. Quizás la falta de cofrades venidos de otras localidades como ocurriera en años anteriores tiene la culpa. Lo de los vivas impostados, para otro día.





