La gloria pastoreña renace tras dos años por las calles de San Fernando

Tres años y dos salidas después. Desde aquella lejana madrugada de 16 de agosto de 2019 la Divina Pastora no salía a bendecir las calles de su barrio y La Isla entero. Tuvieron los pastoreños que esperar hasta ayer, para completar con ellos el ciclo completo cofrade de la ciudad que daba comienzo con la Virgen de las Mercedes en septiembre del pasado 2021.

Y había muchas ganas de pasear a la Santísima Virgen por las calles. Desde minutos después de las cinco de la tarde, más de dos horas antes de la hora prevista para la salida, ya los primeros hermanos costaleros se apostaban en las inmediaciones del templo para ir sumándose poco a poco cada uno de los hermanos, miembros de Junta de Gobierno y las distintas representaciones que conformaron un cortejo que comenzaba su caminar tras abrirse los verdes portones pastoreños con un aplauso de los que esperaban fuera.

Toda la luz de la tarde de agosto, del día de la Asunción, se reflejaba en este lateral de la parroquia pastoreña. En el cortejo representantes de las distintas hermandades de la parroquia, el Consejo de hermandades y el Ayuntamiento de San Fernando así como de las salineras de este 2022. Igualmente -y junto con las representaciones- hasta la esquina de la calle Colón con Churruca acompañaron al cortejo algunos hermanos con cirios.

Antes de que el paso cruzara el dintel la primera levantá se dedicó en memoria de aquellos pastoreños que han fallecido durante este tiempo sin la hermandad en la calle, y se concretó en la familia de Antonio Sánchez Aguilera, uno de los impulsores y mayores divulgadores de la devoción pastoreña en San Fernando desde su reorganización en el pasado siglo.

Con el Himno nacional y ‘Esperanza de vida’ a cargo de la Banda de Música ‘Enrique Montero’ de Chiclana salía la Divina Pastora a la plaza que lleva su nombre con un nuevo aplauso generalizado entre los que con todo el calor de la tarde esperaban para ver este instante primero de la procesión pastoreña.

El público, por momentos, fue bastante, tanto en las aceras como delante del paso en la bulla. Se notó como habitualmente en los horarios más cercanos al momento de la cena que bajó, pero se incrementó en lugares como la calle Maestro Portela -Ancha- o San Miguel. Había muchas ganas de reencontrarse con la Pastora en las calles y los hermanos iban desgranando las horas con el comentario generalizado de lo rápido que todo iba pasando.

Y es que el cortejo intentó añadir un poco más de celeridad en ciertos puntos para poder llegar al templo a la hora marcada -una de la madrugada- aunque no se llegó hasta media hora más terde de ese horario debido también al añadido del itinerario con la subida de Santa Cruz, el paso por Santo Domingo y la bajada de la calle Marconi.

En cuanto al repertorio musical muy acorde a lo que requiere este paso de gloria y con incorporaciones de marchas propias como ‘Pastora Carraqueña Coronada’ de José González García, aunque sobraron repeticiones de marchas como ‘Encarnación Coronada’ o inclusiones del tipo ‘Caridad del Guadalquivir’ o ‘La Madrugá’, aunque fueron mínimas.

La cuadrilla, encaebzada por Antonio Reseco Colón como capataz, llevó a la Pastora Divina por las calles de San Fernando y su barrio en los que se vivieron momentos de gran intensidad con petaladas -que se iban sucediendo en muchas de las calles- y los vivas emocionados junto a las marchas. Destacar el paso por San Miguel, así como por la esquina de Santa Cruz con Santo Domingo o en esta misma calle con balcones engalanados.

Un nuevo 15 de agosto de reencuentro con la Santísima Virgen, Madre de los pastoreños, por las calles de un barrio y el centro de la ciudad que volvieron a contagiarse de la gloria pastoreña por algunas horas.